Hemos estado asistiendo al preocupante encarecimiento del crudo durante las últimas semanas. La pregunta que se hace todo conocedor es, si el precio del petróleo es un indicador de crecimiento de la economía, ¿por qué el poder adquisitivo disminuye y por consecuencia la inflación aumenta?
La respuesta no es simple, dado que, las variables clásicas macro están mutando cada día y esto se parece más y más al mundo al revés. Históricamente el precio del crudo ha seguido la evolución del crecimiento económico desde hace no pocas décadas por razones más que obvias. Sin embargo, a día de hoy, la situación es la inversa, cada vez que sube el precio del petróleo vemos como nuestro poder adquisitivo es menor y la fórmula para el cálculo del mismo se ve desvirtuada.
Es impresionante como siempre los grandes entes barren para su casa, veamos el clásico ejemplo de la evolución del crudo en los últimos 4 años. En el 2008 el barril Texas cotizaba a 35 USD el barril y el precio de la gasolina tampoco se redujo en exceso.
La excusa de quien ponía al público en disposición el oro negro, alegaban que ellos habían comprado el crudo con antelación por lo que era imposible traducir al público en general dicho retroceso, en aquel momento podía tener lógica dicha aseveración. Sin embargo, cuando el crudo comenzó a ganar posiciones la velocidad con la que fueron transmitiendo dichas subidas se hizo reflejo en el precio de los depósitos de combustible en menos de un abrir y cerrar de ojos.
La pregunta viene a ser la siguiente, ¿por qué la repercusión al bolsillo familiar es siempre 100 veces más rápida que el de un impacto nimio sobre el resultado de un gran operador? Porqué no se toma jamás en consideración la calidad o lamentable situación del inversor o persona humana de a pie.
Veamos otro ejemplo de lo que ha supuesto este coste en términos monetarios, el incremento de la factura energética por las importaciones ha crecido 50.000 millones de euros por el incremento del precio del crudo, es decir un 5% del PIB, en comparación de la entrada de capital por turismo energético que ha sido de 45.000 millones de euros. Ni con una economía que vive del turismo, hemos visto como un incesante encarecimiento del petróleo ha borrado todos nuestros esfuerzos como país por sacar partido a nuestra piedra angular del PIB, el turismo.
El mercado del crudo siempre ha seguido patrones muy dispares de muy difícil comprobación en el mercado real. Un caso muy curioso era la publicación de los datos de inventarios sobre la producción, dado que hasta hace 3 años se estaba acabando el petróleo, o eso nos hacían creer. Nada más lejos de la realidad, desde hace tres años se han descubierto yacimientos de petróleo con tal cantidad y volumen (Brasil y Repsol saben mucho de esto) que ha hecho que, la OPEP (término europeo ya que USA lo denomina con mayor precisión como los países del eje del mal) han tenido que volver a patrones de influencia como conflictos globales y de suministro para incrementar el precio de cotización a su antojo.
Las únicas esperanzas que nos quedan ante esta inflación galopante y ante la falta de ética de los grandes entes institucionales son las energías renovables y aquellas energías Libres que han sido siempre aplastadas  por aquellos que no abogan por el bien común como denominador general.