Aunque el Consejo Nacional de Investigaciones Económicas de EEUU (NBER) había indicado que EEUU entró en recesión en diciembre de 2007, el descenso sufrido por el PIB en el cuarto trimestre de 2008 confirma la recesión técnica de la economía estadounidense, que hasta ahora no había registrado dos trimestres consecutivos con descensos desde que estalló la crisis financiera y económica.

Asimismo, la contracción sufrida por la economía estadounidense en el cuarto trimestre, pese a ser la más pronunciada desde 1982, resultó inferior a las estimaciones del mercado, que barajaba una caída del PIB del orden del 5%.


En el conjunto de 2008, la economía estadounidense logró un crecimiento del 1,3%, el nivel más bajo de expansión del PIB de la primera potencia económica mundial desde 2001, frente al crecimiento del 2% del año 2007.