La economía de Reino Unido mantiene, según lo previsto, su tendencia al alza tras 14 meses de ascensos. La inflación se sitúa así en el 4% en el mes de enero impulsada por los precios del petróleo y del IVA.
 
Esta situación obliga al Banco de Inglaterra a tomar medidas para impedir presiones inflacionistas y puesto que supera el objetivo de estabilidad de precios fijada por el Ejecutivo. De momento, la entidad británica mantiene los tipos de interés en mínimos históricos del 0,5%.