En declaraciones a Radio Intereconomía, Díaz se ha referido a los datos de IPC conocidos esta misma mañana. Subió un 3,3% en tasa interanual dividido, en su opinión, en “tres partes: un tercio viene de la energía –incluyendo la subida de la tarifa-, otra parte es por subida de impuestos con un punto porcentual y lo otro es inflación de verdad porque por mucho que el BCE suba los tipos de Europa, no vamos a dejar de pedir barriles a China”. Considera, por tanto, que en Europa no existe “inflación de corazón” lo que hace que debamos esperar a que “China e India rebajen su inflación”.
Dos países marcan la actualidad de esta mañana. En primer lugar, Alemania que ha anunciado datos de crecimiento correspondiente al último trimestre de 2010. El analista jefe de Intermoney entiende que se encuadran dentro de “su tendencia de crecimiento, el promedio de crecimiento de Alemania de los últimos diez años está en torno al 1%”, aunque se debe esperar a conocer los datos concretos que impulsan este 1% de subida. “Vamos a ver el consumo privado que es lo que hace de locomotora, nuestra previsión es que en el último trimestre es que ha vuelto a caer y es un mal dato. Si no hay consumo es imposible que haya inflación por lo que uno no entiende muy bien esta obsesión de los alemanes por los tipos de interés”.
Esto en cuanto a Alemania, nuestro vecino Portugal se encuentra en una situación más crítica. Díaz desconoce si “los mercados van a llegar al rescate”, aunque lo que está claro para el analista es que “este miércoles Portugal propone otro salto mortal, ya lleva tres desde principio de año. Tiene fuerte vencimientos de deuda en abril y en junio y lo que les propone es un canje, esos papeles por otros que vencen más tarde, no entra flujo de liquidez, lo que intentan es eliminar la incertidumbre a los inversores de que no van a poder resolver esos vencimientos”.
Caso similar es el que encontramos en Irlanda, con elecciones a dos semanas vista. El que se presupone será futuro gobierno ya ha anunciado una reestructuración, pero la situación es muy complicada en la medida en que “toda la deuda senior irlandesa es bono basura”, concluye José Carlos Díaz.