Los precios de los alimentos, a nivel de productor, tuvieron en abril su mayor incremento en un año, y esto contrarrestó la segunda disminución mensual consecutiva de los precios de los productos de energía.

En un año el IPP ha bajado un 3,7 por ciento, la mayor caída en doce meses desde 1950. En el mismo período la inflación subyacente ha sido del 3,4 por ciento.

Los indicios de que lo peor de la recesión iniciada en diciembre de 2007 ha pasado podrían causar mayores aumentos de los precios de las materias primas, lo cual aliviaría las preocupaciones por una deflación, es decir una prolongada caída de precios que dañaría la economía.