Octubre se va y, con él, otro mes en el que el Gobierno de España no pide el rescate. De hecho, el propio presidente del Ejecutivo, Mariano Rajoy, comentaba este lunes tras su reunión con el primer ministro italiano, Mario Monti, que la ayuda “no es imprescindible” y hoy mismo, fuentes de Moncloa habrían comentado a distintos medios de comunicación que no está previsto hacer la solicitud en lo que queda de año “salvo que pase algo extraordinario”, “cataclismo o accidente imprevisto”, según el medio que se lea. Rajoy se ha limitado a volver sobre la vaga idea de que “tan pronto como piense que es bueno para los intereses generales de España lo pediré, mientras no piense eso, no lo haré”.

Se alejan así las previsiones de la mayoría de los analistas que en los últimos meses han divagado sobre cuándo pediría España el rescate, siempre bajo la convicción de que el país terminaría este 2012 bajo la tutela de ese programa de compra de bonos diseñado por el Banco Central Europeo (BCE) para relajar los costes de financiación. Pero el mero anuncio de la existencia de este plan está permitiendo al Gobierno español esquivar el estigma político del rescate, porque ha propiciado que la rentabilidad del bono español a 10 años haya caído 200 puntos básicos desde su máximo récord marcado el 25 de julio en el 7,75%.

Sin embargo, España no deja de ser un factor de preocupación. El país se enfrenta el año que viene a necesidades de financiación por más de 200.000 millones de euros y advertencias como la siguiente de Yannick Naud, gestor de Glendevon King, se suceden: “La reducción de los costes de financiación a 10 años ha sido brusca pero no está garantizada por la situación económica de España, sino sólo por la amenaza de intervención del BCE”. Justin Knight, estratega para Europa de UBS, avisaba en Bloomberg a comienzos de semana de que “España se está comiendo sus reservas de efectivo y probablemente no será capaz de continuar financiándose por sí misma en 2013 como ha hecho este año”. Este experto teme que España tenga que aumentar sus emisiones para el año que viene, mientras su base de inversores se reduce.

Esta espera hacia un destino aparentemente irremediable está siendo bien gestionada por las Bolsas, animadas también por la convicción de que el BCE intervendrá si la situación se precipita. De hecho, los índices han protagonizado un potente rally desde que el presidente del BCE, Mario Draghi, dejara entrever por primera vez ese posible plan a finales de julio. Cierran hoy otro mes de octubre positivo, que en el Ibex 35 se salda con alzas acumuladas del 1,7% aproximadamente, y de algo menos del 1% de media para el resto de plazas europeas. Los inversores esquivan así la estadística que dice que octubre es el mes de los suelos de mercado, y encaran noviembre lejos de sus soportes más inmediatos, los mínimos de la semana pasada. Tal y como explica el analista técnico de Bolsamanía, José María Rodríguez, la sesión de ayer fue muy interesante, porque los tres grandes futuros europeos (Dax, Cac y Eurostoxx) se fueron hasta la mitad del camino entre los niveles de soporte y las resistencias del pasado mes de septiembre.

Mañana, aunque es festivo en España, y en otros países europeos como Italia, Francia o Portugal por el día de Todos los Santos, las Bolsas abrirán con normalidad en el Viejo Continente. También lo hará Wall Street, que hoy ya opera sin problemas después de dos días de cierre forzoso por el paso del huracán ‘Sandy’ y a pesar de que esta noche se celebra en Estados Unidos la mítica fiesta de Halloween, casi tan misteriosa como lo es hasta ahora el rescate de España o el “cataclismo”, “accidente imprevisto” o “hecho extraordinario” que lo desataría.

Bolsamanía
María Gómez