El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dio un plazo de 30 días a Chrysler, que vence el próximo 30 de abril, para que la empresa constituyera una alianza con Fiat, garantizando así su viabilidad futura.
Según Nardelli, Fiat cree "firmemente" en los beneficios mutuos que la alianza crearía para las dos empresas, sus clientes, sus trabajadores y otras partes implicadas. "Seguimos revisando la situación de todos los accionistas con Fiat, que condiciona la alianza a ciertas concesiones", explicó.
La principal condición que exige la multinacional italiana para entrar en una eventual alianza es una reducción de los costes salariales de Chrysler, para equipararlos a los de competidores asiáticos y europeos con presencia en Norteamérica.

