La debilitada demanda económica ha provocado que la segunda economía del mundo entre en una "fase de ligera deflación", dijo el Gobierno en su informe mensual de noviembre publicado el viernes.

Es la primera vez desde mediados de 2006 que las autoridades japoneses reconocen que el país está afectado por una insistente caída de los precios, lo que podría perjudicar a la economía al recortar los beneficios de las empresas, aumentar las deudas y los despidos, y congelar las inversiones de las compañías. La confirmación de Japón pone de manifiesto que a Tokio le preocupa que la caída de precios pueda llevar a una recesión más profunda.

El gobierno dijo que debe vigilar si la economía se ve abatida por el empeoramiento del mercado laboral, las preocupaciones sobre la desaceleración en las economías de todo el mundo y los daños de la deflación y la volatilidad de los mercados.

Los precios han caído la mayor parte del año en Japón, aunque han empezado a aparecer señales de que la deflación podría empeorar por la debilidad de la economía. El dato del PIB publicado el lunes mostró que un indicador de los precios locales, el deflactor de la demanda doméstica, cayó a su mayor tasa en más de 50 años entre julio y septiembre. Si los precios continúan su caída, el Gobierno podría presionar más al Banco de Japón para relajar aún más su política monetaria.

El informe indicó que el Gobierno "espera que el Banco de Japón aplique una adecuada y flexible política monetaria", y trabaje estrechamente con el Gobeirno para asegurar que la economía recupera la senda del crecimiento con unos precios estables.

El Banco de Japón decidió el viernes mantener los tipos de interés en el 0,1%, su nivel desde el pasado mes de diciembre.