Desde The Real Money, estructura especializada en oro físico monetario en propiedad y protección patrimonial, observan este fenómeno con una lectura distinta a la puramente financiera. 

“Cuando el precio del oro sube con tanta fuerza, la pregunta relevante no es cuánto puede subir más, sino por qué tanta gente busca protegerse”, señalan desde la compañía.

Un contexto que explica el auge del oro

La escalada del precio del oro no se produce en el vacío. Factores como la persistencia de la inflación, la pérdida de poder adquisitivo de las divisas, la incertidumbre geopolítica y las políticas monetarias expansivas han devuelto al metal precioso a su papel histórico como activo refugio.

Según datos de London Stock Exchange Group (LSEG), el oro ha experimentado en 2025 uno de los ciclos alcistas más sólidos de los últimos años, impulsado no solo por inversores privados, sino también por una fuerte demanda de bancos centrales, que continúan aumentando sus reservas como forma de diversificación y estabilidad a largo plazo.

“El oro está reaccionando a una pérdida generalizada de confianza en los equilibrios financieros tradicionales”, explican analistas citados por LSEG.

Inversión financiera vs. protección patrimonial

Sin embargo, no todo el interés por el oro responde al mismo objetivo. Una parte relevante del volumen que se mueve en torno al metal procede de productos financieros como ETF de oro, derivados o instrumentos sintéticos, cuyo comportamiento depende de los mercados, de la liquidez y de terceros intermediarios.

Desde The Real Money insisten en diferenciar claramente ambos enfoques:

“Exponerse al precio del oro no es lo mismo que poseer oro físico en propiedad. Son dos realidades distintas, con riesgos distintos y finalidades completamente diferentes”.

Esta distinción es clave en momentos de tensión. Mientras los productos financieros replican el precio, siguen sujetos al sistema financiero, a posibles suspensiones de mercado o a riesgos de contraparte. El oro físico, en cambio, no depende de promesas, sino de su existencia material, su escasez y su aceptación global.

¿Es el oro una burbuja?

Algunos analistas advierten de posibles correcciones a corto plazo, especialmente tras subidas tan rápidas. No obstante, otros expertos subrayan que el actual ciclo del oro tiene una base más estructural que especulativa.

Un análisis reciente de VanEck destaca que el fortalecimiento del oro responde a cambios profundos en el sistema económico global: mayor endeudamiento, tensiones monetarias y un renovado interés por activos reales frente a instrumentos financieros complejos.

En este contexto, el oro vuelve a ocupar un espacio que históricamente ha tenido: no como herramienta para “ganar más”, sino para perder menos cuando el entorno se deteriora.

El oro como instrumento de largo plazo

Desde The Real Money recalcan que su enfoque no gira en torno al corto plazo ni a la especulación. 

“El oro no es una apuesta. Es una herramienta de protección patrimonial pensada para acompañar procesos de ahorro, planificación y preservación del valor en el tiempo”, explican.

Esta visión conecta con una tendencia creciente entre ahorradores que buscan alternativas fuera del sistema financiero tradicional, con estructuras reguladas, custodia profesional y transparencia total.

Un debate que va más allá del precio

El debate sobre el oro en máximos no es solo una cuestión de cotización. Es, sobre todo, un reflejo del momento económico actual y de la necesidad de muchas personas e instituciones de replantearse cómo y dónde proteger su patrimonio.

Como concluyen desde The Real Money:
“Cuando el oro vuelve al centro de la conversación, no es casualidad. Es una señal de que algo se está moviendo en el fondo del sistema”