Como siempre, la mayor parte del problema estuvo relacionado con las operaciones de telefonía móvil, que vendieron 19,2 millones de aparatos, menos que los 25,4 millones de dispositivos del tercer trimestre y los 28 millones del segundo. La división de aparatos telefónicos generó una pérdida de 595 millones de dólares durante el trimestre y de 2.200 millones para todo el año. Motorola proyectó una pérdida mayor a la prevista para el primer trimestre, suspendió su dividendo
y anunció la salida de su director general de finanzas, Paul J. Liska.

Los optimistas destacan que Motorola está recortando costos en forma agresiva y señalan que sus operaciones de aparatos telefónicos deberían experimentar cierta recuperación en 2010 luego que la compañía finalmente devele una línea de teléfonos inteligentes [o "smartphones"] basada en el software del sistema operativo Google Android.

Sin embargo, en el área de la telefonía móvil, eso está a años luz del presente. Es más, una vez que se produzca el ingreso de Motorola a ese segmento, enfrentará la competencia de Apple, Research In Motion, Palm y varios otros.

Edward Snyder, analista de Charter Equity Research, redujo la semana pasada su recomendación para la acción de "desempeño del mercado" a "desempeño inferior al de sus pares" y señaló que cree que la compañía continuará recortando el tamaño de sus operaciones de telefonía móvil hasta que se "aglutinen alrededor de un pequeño y rentable núcleo de productos o bien desaparezcan".

El mayor temor es que la enfermedad que afecta a esa filial infecte al resto de Motorola. Snyder dice que las últimas decisiones sugieren que la nueva prioridad de la gerencia es preservar la salud de la compañía consolidada y prevenir una crisis de liquidez.

Cerrar las operaciones de dispositivos portátiles podría ayudar en ambos sentidos.