Nos encontramos ante un escenario novedoso, por lo menos así me lo parece. No por el hecho de la venta masiva del USD en los mercados, eso en sí no sería novedad, sinó por la desmesurada irracionalidad que presentan algunos pares y la desincronización entre las diferentes monedas que van contra el USD. Lo intento exponer de forma más detallada a continuación.

No cabe duda que las ‘commodities’ (oro, petróleo, plata, cobre, etc.) están jugando un papel clave (o al menos, importante) en la evolución de precios de las divisas, pero si bien es cierto que algunos cruces se han movido a la par que las ‘commodities’, otros (EUR/USD como el más destacado, y USD/CHF), han simplemente utilizado las variaciones de precios que les han interesado, obviando de forma descarada las que no iban con ellos; vamos, el guión perfecto para los redactores de prensa económica.

Así, el AUD (Dólar Australiano), que tocó techo la semana pasada tras superar los 1.10, junto con el Oro marcando su techo en apertura de esta semana en $1,575/onza y la plata disparándose hasta los $49/onza, con movimientos del 7-10% diarios en algunos casos, han demostrado, a pesar de la violencia de sus movimientos, que pueden incluso ser más racionales que nuestra ‘falsa moneda’ Euro. La subida de los márgenes especulativos (coste para abrir una posición de futuros u opciones en los mercados de derivados) en el Oro y la plata –la última, ayer mismo, cuando el CME subió las garantías de la plata un 17% más, con lo que han subido los márgenes 8 veces en 2 semanas y un total de cerca de un 45% sobre el coste que tenía abrir una posición especulativa en ese metal antes que todo se volviera loco-, hizo que las ventas entraran de forma masiva para salirse de las posiciones que se habían tomado, y ello, unido a que inversores como George Soros se rumorea han empezado a deshacer sus mega-posiciones en estos activos, ha propiciado, en el caso de la plata de una caída superior al 20% en menos de una semana (3 días), y de cerca del 10% en el Oro. Afortunadamente, el AUD/USD ha también seguido los pasos de dichas commodities –al igual que lo hiciera al alza-, y le ha dado un poco de respiro al Dólar, pues el cambio actualmente está en los 1.0750, desde los 1.1035 de máximo de la semana pasada. Una situaciónsimilar podríamos aplicar tanto al NZD como al CAD.

Pero en nuestra magnífica Europa, y salvándose por una vez (ya veremos si dura) la Libra (GBP), tenemos dos monedas a las que sólo les importan las commodities cuando sirven de justificación para vender USD, si no, ni se las menciona. El caso del EUR y el CHF empieza a ser de psquiátrico, excepto, claro está, para aquellos que, muy monos ellos, digan que ‘hay que seguir la tendencia’, y que con eso se quedan más anchos que un armario, y ya lo tienen todo hecho. La verdad es que echarle un vistazo al gráfico inferior (diario de USD/CHF) da un poco de ‘yu-yu’. Estamos hablando de caídas verticales (sin apenas retrocesos) de 800 pips (en el caso del EUR/USD, de subida de más de 1,500), en espacios cortos de tiempo, y que ignoran por completo, por mucho que alguien pueda apelar a los fundamentales, a la situación económica real, en lo que se ve claro que es un ataque directo contra el USD, que están encabezando estas 2 monedas junto con las de los países emergentes (que bastantes dolores de cabeza está causando por ahí). Ante un escenario tan ridículo como liquidativo, pocas cosas le quedan a uno por decir, salvo que, en el caso del USD/CHF, el aspecto técnico está a larga distancia de mejorar, sólo cuando se supere la línea de tendencia que se muestra en el gráfico podremos ver algunos ‘trailing stops’ de las maquinitas chungas vendedoras activándose, y a lo mejor, dando paso a algo más harmónico y racional.

Gráfico dólar-franco suizo



En el caso del EUR/USD, estamos en terreno no visto desde el infame 2008, y quizás el hecho que hayamos llegado a esos niveles nos alerta de que las curvas que vienen se asemejan a las que se vivieron durante ese año, donde todo tenía una pinta al inicio…y cambió –¡y vaya si cambió!- al final. En cualquier caso, hablar del Euro sin hacer el bobalicón o apuntarse al hecho fácil de ‘sigue la tendencia’, no tiene mucho sentido, por lo que por el momento lo trataremos como si de un chicharro bursátil habláramos, y es que no merece mucha más atención…hasta que se vuelva más racional desde el punto de vista técnico y lo podamos valorar de forma objetiva.