Según los dos principales accionistas de Colonial -el antiguo presidente del grupo, Luis Portillo, y la empresa inmobiliaria Nozar- ICD no logró alcanzar un acuerdo con los bancos acreedores para la refinanciación de su enorme deuda cercana a 9.000 millones de euros.El acuerdo contemplaba que Colonial iba a dividirse para crear una nueva empresa que hubiera reunido las actividades de suelo y de promoción inmobiliaria. Tras la escisión, el fondo hubiera comprado Colonial a sus grandes accionistas a un precio de 1,19 euros por acción.Según los analistas de Espirito Santo, este anuncio es 'muy negativo para Colonial ya que ICD se consideraba la salvación' de la compañía, no sólo por su nivel de endeudamiento sino por el elevado apalancamiento de sus accionistas (que pusieron como garantía las acciones de la compañía).