"Sabemos que vamos a tener que hacer más para ayudar al sector", afirmó McGuinty durante una conferencia de prensa.

En diciembre de 2008, las autoridades federales y provinciales canadienses ofrecieron a los fabricantes estadounidenses una quinta parte de la ayuda que recibiesen de Washington.

Entonces, la cifra fue calculada en 4.000 millones de dólares canadienses (unos 3.160 millones de dólares de Estados Unidos).

Pero el martes, GM y Chrysler aumentaron su petición de ayuda a Washington en 21.600 millones de dólares.

Si Canadá mantiene su compromiso original, Ottawa y Ontario deberían proporcionar unos 5.500 millones de dólares canadienses (4.345 millones de dólares de Estados Unidos) adicionales.

El presidente del sindicato canadiense de los trabajadores del sector automotriz (CAW, por sus siglas en inglés), Ken Lewenza, declaró a la televisión canadiense CTV, que la organización era optimista sobre la situación.

"La realidad es que las operaciones canadienses de General Motors, Chrysler y Ford ya se han reestructurado y nuestras plantas son muy productivas", dijo Lewenza.