La división de Fortis, una de las entidades europeas más afectadas por las turbulencias financieras, comenzó cuando el Gobierno holandés decidió la nacionalización total de sus actividades en Holanda (banca y seguros, incluidos los activos de ABN Amro).
Los problemas de Fortis se remontan al año pasado, con el estallido de la crisis de las hipotecas de "alto riesgo", poco después de culminar la operación de compra de ABN junto a RBS y Santander.
La necesidad de liquidez para pagar su parte, en un contexto de desconfianza creciente en los mercados, le llevó a acometer en junio pasado una ampliación de capital, una decisión que fue mal recibida por los mercados y que le costó el puesto al entonces consejero delegado, Jean-Paul Votron.

