Dado el contexto actual, el deterioro sufrido por la imagen de la marca y la caída de las acciones, parece difícil que se lleve a cabo la ampliación sin un descuento importante respecto al precio de mercado.
Un descuento que, aunque no se han facilitado detalles, si está en línea con otras recientes ampliaciones en Europa podría situarse entre el 30% y el 40%.
Ello implicará, necesariamente, un mayor número de acciones en circulación para alcanzar la misma cifra, de modo que podemos esperar que se agrave todavía más el escenario dilutivo para el accionista y que se inunde de papel el mercado, al multiplicarse el número de aciones en circulación.
Esto significará claramente una presión adicional sobre la ya de por sí maltrecha cotización, que tiende a aproximarse al rango 0,25-0,35 €/acción, zona de estabilización por valoración. Un cálculo de dilución que se ha realizado en base a un escenario de cotización estable, pero si la acción continua su tendencia bajista, lo que es altamente probable, los cálculos arrojan incluso un aumento mayor del número de acciones y una cotización inferior a dicho rango.
Por ello aunque parece que ayer entró dinero en la acción en el soporte de 0,50€, debemos atribuir el movimiento a un intento por frenar una caída que continuará y tomar dicha recuperación como oportunidad de salida para aquellos que todavía conservan las acciones con la esperanza de su recuperación. En tanto no se conozcan el precio definitivo al que se va a producir la ampliación de capital, los resultados del banco, sin fecha conocida todavía para su publicación, y los planes estratégicos del equipo gestor, resulta preferible mantenerse al margen de Bankia. Y aunque está de más decirlo la acción de Bankia no volverá a cotizar al precio de salida de la OPV.