El fracaso de Banco Base retumba en los mercados internacionales como si de un todo el sistema financiero español se tratara. Soledad Pellón, analista de IG Markets
, confirma esta teoría. “Es verdad que a la hora de contextualizar la situación no se hacen diferencias entre aquellos bancos que están mejor, peor o las cajas y sí que esto creo una visión de desestabilización financiera dentro de nuestro país.”

Esto es lo que ocurre en el extranjero, pero nuestro país parece ir por libre. Botín ya le está poniendo ojitos a la Caja de Ahorros del Mediterráneo, después de que el Banco de España sirviera en bandeja la entidad a Santander, BBVA, La Caixa, Sabadell, Banco Popular e IberCaja con tal de impedir una nacionalización casi inevitable.

Está por ver si sirven los esfuerzos del Banco de España por maquillar las cuentas de sus cajas. Según la entidad nacional, las cajas de ahorros sólo necesitan 15.152 millones de euros para cumplir con los objetivos de solvencia del Gobierno. Mientras, los analistas más moderados elevan esta cifra hasta los 50.000 millones. El problema llegó de la mano de Banco Base cuando pidió ayuda pública por valor de 2.784 millones de euros, el doble de lo que aseguraba el Banco de España en su informe.

Y en medio de la vorágine, Moody´s ha aparecido en escena. Hace tan sólo un par de horas aumentaba la presión sobre la calificación crediticia de Cajastur, Caja Cantabria y Caja de Extremadura. El fiasco que ha supuesto Banco Base dificultará el apoyo financiero por parte del Estado frente a lo que hubiera sido antes del rechazo a la CAM pese a que argumentos no les faltan.

La Caja de Ahorros del Mediterráneo ha consumido ya una tercera parte de las reservas, cuenta con una tasa de morosidad del 8,7% y participa en proyectos como el de Terra Mítica, en Benidorm, en pleno concurso de acreedores. Y es que la CAM no ha sabido gestionar demasiado bien sus inversiones, por su presencia en inmobiliarias que han declarado impagos en España o por su expansión exterior con el ejemplo de Crédito Inmobiliario, que registraba pérdidas de 120 millones de euros.

Lo cierto es que la situación no es tan crítica como la pintan en el exterior, nuestro sistema financiero se está hartando de repetir el buen momento por el que atraviesa, pero con Irlanda y los 24.000 millones que necesitan ahora sus bancos, y con Portugal a las puertas del rescate, las comparativas son odiosas, aunque también inevitables.