Lo primero que cabe destacar de estas 2 divisas (en algunos conceptos las podemos englobar de forma conjunta), es que son las llamadas ‘commodity currencies’, que en español vendría a traducirse como las ‘divisas mercancía’, por su altísima correlación con dos materias primas: el petróleo y el oro.

El Dólar Canadiense (CAD) está muy estrechamente ligado a la evolución del precio del crudo, y ello es debido a que Canadá es el tercer refinador de crudo del mundo. Esto es, si el precio del barril de petróleo en los mercados de futuros sube, el CAD tiende también a apreciarse, y viceversa en el caso de caídas. Como se puede apreciar en el gráfico adjunto, la cotización en base diaria del cruce USD/CAD, base de referencia para saber la fuerza de la moneda canadiense, en los últimos 10-11 meses la cotización, si bien se ha movido en un rango amplio de precios, no ha sufrido bruscas alteraciones, y mucho menos una tendencia definida (como sí han visto monedas como el JPY o el CHF).

Si ahora cogemos y echamos un vistazo a la evolución durante estos últimos meses del barril de petróleo, veremos que tampoco ha habido en esa mercancía una tendencia definida y que los precios se han movido más o menos en un rango establecido. Si ello cambiase, en una dirección u otra, deberíamos ver un reflejo en la cotización del CAD, por lo que no debe minusvalorarse el potencial de apreciación de la moneda canadiense en los próximos meses, y especialmente si se volviera a dar otro movimiento por debajo de la paridad con el Dólar USD, que podría esta vez ser definitiva y dejar al CAD como el más fuerte de los dos de ahora en adelante. Un hecho que, a nivel técnico, estaría totalmente justificado.

Por su parte, el Dólar Australiano (AUD), está estrechamente ligado a la evolución del Oro. Ello se debe a que Australia es uno de los tres grandes países con recursos de este metal precioso, y el principal exportador a nivel mundial, por encima de los países africanos. Así pues, superponiendo en gráfico diario las cotizaciones del cambio AUD/USD (par de referencia para medir la fortaleza de la divisa australiana), y del XAU/USD (clave para la denominación del cambio Oro/Dólar), veremos que su correlación es elevadísima. No es de extrañar, entonces, que en un mercado alcista del Oro como el actual, con el metal precioso cerca de sus máximos históricos, tengamos también al AUD cerca de sus máximos históricos con el USD (en 0.98 durante el 2008), con ya algunos analistas previendo, en caso de que el ‘rally’ del Oro continuase, un ataque definitivo a la paridad del cruce y una vuelta de la situación actual, con el AUD pasando también a ser el fuerte de las dos monedas.

A nivel de tipos de interés, el CAD no está tan afectado como lo pueda estar el AUD. Ello es porque la política monetaria que se sigue en Canadá es más parecida a la tradicional occidental, entendiendo por ello, en el escenario actual, un poco desviación con lo que hacen los Estados Unidos o Europa. En cambio, Australia y Nueva Zelanda siempre han ido por su propio camino en este sentido, por motivos obvios de tamaño de país, volumen de exportaciones e importaciones, y mantenimiento con ello de la estabilidad de sus precios. Así, nos encontramos que el diferencial entre Australia y los Estados Unidos es de actulamente 3.50% o 350 puntos básicos, lo que significa que para una posición tomada el 1 de Enero en AUD y contra USD, rentaría 3.50% a 31 de diciembre, sin contar con el apalancamiento en el que se pudiera incurrir (y no exento de riesgo en caso que el USD, obviando tales diferenciales, se apreciara respecto del resto de monedas). Es por este hecho, que hasta finales del verano de 2007, cuando todas las burbujas que hasta ese entonces se habían creado explotaron, era muy común realizar este tipo de operaciones contra el USD y el JPY, lo que se conoció como ‘carry trade’, es decir, invertir en la moneda de tipo de interés alto a través de pedir financiación con la moneda de tipo de interés bajo (lo que equivaldría a comprar AUD/JPY, AUD/USD, etc.). A mediados de Agost de 2007, no obstante, con la caída subprime (y por ende, del ‘carry trade’), esa opción, que había sido para muchos la gallina de los huevos de oro, pasó a mejor vida. Y aún hoy en día es una opción que está fuera de las carteras, por si se volviese a repetir lo mismo…