Las relaciones entre Tesla y JPMorgan siempre han sido francamente malas. No se puede obviar las diferencias existentes entre Jamie Dimon el presidente de JPMorgan Chase y el creador de Tesla, Elon Musk. Se da la circunstancia anecdótica además de que el personaje que da nombre a la marca de coches eléctricos del hombre más rico del mundo, Nicola Tesla tuvo una relación de amor odio con JPMorgan allá por 1901.
El visionario le pidió al inversor JPMorgan 150.000 dólares de la época para crear una torre futurista que transmitiera mensajes a través del Atlántico. Pero se le adelantó Marconi con el telégrafo y todo se vino abajo, incluso la provisión de fondos de JPMorgan que se negó a darle más fondos.
Pero ahora mismo esa divergencia entre Musk y Dimon proviene de que el dueño de Tesla nunca ha acudido a este banco para financiarse. Aunque sí han realizado otros negocios, que tampoco han salido bien. De hecho, JPMorgan ha demandado a Tesla a cuenta de unos warrants con los que se habría incumplido, según el banco el contrato firmado, especialmente tras un tuit de Elon Musk señalando en 2018 la posibilidad de sacar del mercado a Tesla. La demanda, presentada a mediados de noviembre, alcanza los 162 millones de dólares.
Este es el contexto en el que se mueven las relaciones entre las dos empresas. Y los analistas de JPMorgan son además de los más críticos con la trayectoria de las acciones de Tesla en el Nasdaq. De hecho, mantenemos la recomendación más baja sobre la automovilística de los grandes bancos. Es de apenas 250 dólares frente a los alrededor de 1.000 en los que cotiza. Por lo que, pronostica una caída del valor, para dentro de un año, de un cuarto de su precio actual. Es decir, le otorga un potencial bajista del 75%, con consejo de infraponderar sus acciones.
Si hay un valor que prefiera la Unión de Bancos Suizos dentro del sector financiero español, hemos de buscar fuera del Ibex. Hablamos de Unicaja, la fusión entre la entidad del mismo nombre y Liberbank, que, tras varios intentos frustrados, han creado la quinta entidad por activos de nuestro país con más de 113.000 millones que lo avalan.
UBS ya confiaba de pleno en esta fusión en 2019, cuando aumentó su posición en ambas entidades por separado, en Liberbank y Unicaja con cerca de un millón de euros de inversión. Una apuesta que también ha refrendado con sus recomendaciones. En abril pasado cuando colocaba el precio objetivo de sus títulos en los 1,15 euros por acción a 12 meses vista.Entonces le otorgaba un potencial alcista del 42%.
En estos momentos, UBS refrenda su apuesta sobre la entidad andaluza, con precio objetivo de 1,20 euros por acción, que en su cotización actual supone una posible revalorización potencial del 45% para el valor, que este año gana un 17% en el mercado, pero que, en sus máximos anuales no ha llegado a superar el euro por acción.
La entidad alemana sigue confiando en la compañía energética en el mercado. No siempre ha sido así, en función claro de los fundamentales y perspectivas que iba marcando el valor, tal y como ocurrió, por ejemplo, en su consejo de venta de septiembre del 2017, en su recorte de valoración en febrero de 2020 cuando el valor, a cuenta de la crisis pandémica ya en marcha y la caída del precio del petróleo cotizaba en su nivel más bajo desde comienzos de 2016.
Pero en los últimos tiempos, sí se ha producido ese apoyo decidido. Lo vimos en el mes de abril, cuando Deutsche Bank elegía al valor como su favorito dentro del sector petrolero, junto con Shell, al entender que tenía un apalacamiento financiero bajo, con buenos planes de descarbonización, gracias a su diversificación y la posible salida a bolsa de su negocio de renovables.
Y llegados a diciembre, la entidad germana se coloca de nuevo como una de las firmas con más alta valoración de Repsol en el mercado: precio objetivo de 14,20 euros por acción, lo que le otorga un potencial en el Ibex desde sus niveles de cotización actual del 42%. Aquí el dibujo del valor que plantea Deutsche Bank va más allá del petróleo, poniendo de nuevo en valor su diversificación y la mejora de la remuneración al accionista.