Conforme a lo acordado el pasado 17 de agosto por la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, ambos ministros han enviado una misiva al comisario europeo del Mercado Interior, Michel Barnier, y el de Fiscalidad, Algirdas Semeta.

En ella reclaman que el diseño del nuevo tributo sea "técnicamente simple" y aplicarse a nivel internacional o de la Unión Europea. Además, consideran que debe ser "baja" para minimizar el riesgo de distorsiones en los mercados, al tiempo que cubra todos las transacciones relativas a instrumentos financieros como acciones, bonos y productos derivados.

Asimismo proponen que la tasa sea soportada por las dos contrapartes de la transacción, mientras que las instituciones financieras deberían ser responsables de la supervisión del pago.

En cualquier caso Alemania y Francia consideran que de ninguna manera las dificultades de implementación de la nueva tasa deben de ser utilzidas como excusa para rechazarla. EuropaPress.