La canciller alemana, Angel Merkel, dividió las medidas en cinco apartados: inversiones -especialmente en el sector educativo-, una serie de herramientas para paliar los efectos de la crisis en el mercado laboral, instrumentos de apoyo a las empresas, estímulos a la innovación y deducciones a los contribuyentes para fomentar el consumo.
El programa de inversiones se concentrará en las infraestructuras municipales y en la modernización de instituciones educativas y estará dotado con 18.000 millones de euros.
La elección de los municipios responde, según Merkel, a la convicción de que allí es donde hay más necesidades de inversión y donde el dinero puede impulsar la economía y generar empleo.
En cuanto al mercado laboral, se han reforzado algunas medidas para apoyar a empresas que eviten despidos derivados de los problemas económicos actuales.
Además, el sector automotriz, uno de los pilares tradicionales de la economía alemana, recibirá apoyos puntuales y medidas para fomentar la innovación.
En el apartado fiscal, el que más controversia ha generado entre los aliados democristianos y socialdemócratas, se rebajará en un punto la tasa impositiva mínima -del 15 al 14%-, se incrementará la cantidad exenta de tributación y se matizará la progresión de las tarifas fiscales de manera que los aumentos de sueldo no se traduzcan sólo en el pago de más impuestos.
Todo ello, sumando a un descenso de las contribuciones sobre el seguro de enfermedad y a medidas de apoyo a las familias, implica un alivio de cerca de 18.000 millones de euros.
El vicecanciller Frank-Walter Steinmeier, cuyo Partido Socialdemócrata (SPD) había sido el principal abanderado de reducir la tarifa mínima, estimó que las reducciones fiscales favorecerán sobre todo a las personas con bajos ingresos, lo que garantiza que el dinero adicional, dijo, se dedique al consumo y no termine en alguna cuenta de ahorros.
Algunos expertos han señalado ya que este segundo plan contra la crisis si bien no podrá detener la recesión de manera inmediata, sí conseguirá estabilizar la economía alemana en la segunda mitad del año.
El presidente del Consejo Asesor de Economistas del gobierno -los llamados cinco sabios-, Bert Rürup, considera que el paquete de medidas traerá un crecimiento adicional del 0,5% del PIB.
Los críticos del plan lamentan ante todo que éste haya tardado tanto en aprobarse y que en noviembre el gobierno se hubiera contentado con un programa mucho menos ambicioso.

