Se estima que con las inversiones en renovables
que Alemania va a generar, se ponga como líder mundial en este tipo de energía.

Según el calendario indicado, los siete reactores más viejos del país --que fueron objeto de una moratoria tras el accidente nuclear en la planta japonesa de Fukushima-1-- y el de Kruemmel no volverán a funcionar, mientras que un segundo grupo de seis cerrará en 2021 y los tres más modernos lo harán en 2022.

A pesar de esta decisión, el ministro de Medio Ambiente, Norbert Rottgen, ha explicado que el impuesto sobre las barras de combustible gastadas seguirá vigente, aunque no ha especificado hasta cuando. Con ello, el Gobierno espera recaudar unos 2,3 billones de euros anuales.