El DOW JONES, que bajaba un 0,66% en la apertura, se da la vuelta y sube un 0,74% hasta los 32.144 puntos, mientras que el S&P 500 avanza un 0,75% hasta los 3.890 puntos. El NASDAQ 100 lidera las subidas, con un alza del 1,32% hasta los 11.285 puntos.
Los altibajos se hacen patentes en una de los índices más vigilados para medir el miedo y la volatilidad bursátil, el índice de volatilidad CBOE, comúnmente conocido como VIX, que sube más de 4 puntos hasta el 29,03, cerca de niveles no vistos desde 2022.
A principios de este año, el índice, que pondera la volatilidad implícita a través de las opciones del S&P 500, marcó un mínimo de 17,06. Los valores del VIX superiores a 30 suelen relacionarse con alta volatilidad y riesgo.
Detrás de esta volatilidad, un sector financiero que vuelve a estar en el ojo del huracán pese a los esfuerzos de la Fed de evitar un contagio en el caso del SVB Financial. Para evitar el riesgo de extenderse a todo el sistema financiero estadounidense y mundial, las autoridades americanas han anunciado que todos los depósitos del banco están garantizados por el Estado, incluyendo los que exceden los 250.000 dólares (234.000 euros), que es formalmente lo máximo que cubren las autoridades.
Simultáneamente, la Reserva Federal también ha anunciado que establecería un programa de préstamos de emergencia, con la aprobación del Departamento del Tesoro, para aportar fondos adicionales a los bancos que lo necesiten. El programa, respaldado por 25.000 millones de dólares en efectivo procedentes de un fondo del Tesoro destinado originalmente a la estabilización cambiaria pero que ahora se utiliza regularmente como respaldo de los programas de la Reserva Federal en tiempos de crisis, ofrecerá préstamos de hasta un año a bancos, cajas de ahorro, cooperativas de crédito y otras instituciones depositarias a cambio de bonos del Tesoro de EEUU, deuda de agencias y valores respaldados por hipotecas.
“Entramos en el fin de semana como un evento muy binario. O bien el 100% de los depositantes no asegurados iban a ser respaldados, o no”, señala Peter Boockvar, director de inversiones de Bleakley Financial Group, en declaraciones a la CNBC. No obstante, “no responde necesariamente al problema de qué ocurre a partir de ahora en términos del impacto económico [de] los bancos que van a tener que subir los tipos de los depósitos de forma generalizada”. “De cara al futuro, me preocupa más la rentabilidad de los bancos que sus balances”.
De momento, lo cierto es que el plan de la Fed no parece haber tranquilizado lo suficientemente a los inversores, con First Republic Bank liderando este lunes una caída de las acciones bancarias con una caída de un 64% en la apertura, tras caer un 33% la semana pasada. PacWest Bancorp cae un 37%, y Western Alliance Bancorp se hunde un 29% en la preapertura. Zions Bancorp cede un 11%, mientras que Keycorp cae un 10%.
El miedo se extiende también a los grandes bancos de Wall Street, aunque en menor medida: Bank of America cae más de un 4,5% en la preapertura, mientras que Citigroup retrocede un 2,5% y JPMorgan Chase un 0,85%. Este último ve como los analistas de Wells Fargo han mejorado su consejo sobre el valor.
Fuera del sector bancario, uno de los protagonistas del día es SeaGen, que se dispara más de un 18% tras conocerse que Pfizer se hará con la compañía en un acuerdo por un valor aproximado de 43.000 millones de dólares, lo que impulsará la cartera de tratamientos contra el cáncer de Pfizer a medida que sufre una disminución en las ventas de productos de Covid-19. Pfizer ofrece 229 dólares en efectivo por acción de Seagen, una prima del 32,7% con respecto al precio de cierre del viernes.
Las acciones de la empresa de biotecnología Illumina suben un 8,2% después de que The Wall Street Journal haya publicado que el activista multimillonario Carl Icahn está preparando una lucha de poder en la compañía.
¿Frenazo en las subidas de tipos?
Por otra parte, los inversores están pendientes de varias referencias macroeconómicas relevantes en la semana. El índice de precios al consumo (IPC) del martes es el último dato importante sobre inflación que se publica antes de la próxima reunión de la Reserva Federal, que finaliza el 22 de marzo. También se publicarán en los próximos días las ventas minoristas de febrero y el índice de precios de producción.
Hasta ahora el mercado había estado pendiente de si la Fed subiría en 50 o 25 puntos los tipos de interés en la reunión de marzo, pero los últimos acontecimientos obligan a replantearse el panorama. Por ejemplo, Goldman Sachs ya no ve motivos para que la Reserva Federal lleve a cabo una subida de tipos en la reunión de marzo del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC), dijo el economista Jan Hatzius en una nota dominical.
“A la luz de la tensión en el sistema bancario, ya no esperamos que el FOMC suba los tipos en su próxima reunión del 22 de marzo”, apunta Goldman Sachs en una nota. Hatzius y un equipo de economistas añadieron que aún esperan subidas de 25 puntos básicos en mayo, junio y julio, reiterando su expectativa de tipos terminales del 5,25% al 5,5%.
Este cambio de escenario se deja notar claramente en el mercado de renta fija, siempre muy sensible a los cambios de política monetaria. La rentabilidad del bono de referencia a diez años baja 14 puntos hasta marcar un 3,5562%. Aún más fuerte es la caída en la rentabilidad del bono a dos años, de 31 puntos hasta el 4,2739%. Hace solo unos días, superaba el 5%.
En los mercados de materias primas, los precios del petróleo arrancan la semana a la baja después de que las perspectivas de una mayor demanda de oro negro por parte de China se vean compensados con creces por los temores de una nueva crisis financiera. El barril de West Texas cae un 5% hasta los 72,80 dólares, mientras que los Futuros del petróleo Brent de referencia en Europa bajan un 4,50% hasta los 78,92 dólares.
Mientras, los inversores parecen buscar refugio en el oro, en sus máximos anuales. El metal amarillo se ha anotado un 1,4% hasta alcanzar un máximo de 1.899,70 dólares por onza. Es su precio más alto desde el 9 de febrero, cuando el metal alcanzó los 1.902,30 dólares.
El euro recupera u n0,16% frente al dólar hasta establecer el tipo de cambio en 1,0659 dólares por cada moneda comunitaria.