El DOW JONES Ind Average sube un 0,36% hasta los 30.626 puntos, mientras que el S&P 500 rebota un 0,56% hasta los 3.770 enteros. Ayer, el S&P 500 cayó un 3,9% hasta cerrar en 3.749,81 puntos. Este duro castigo, que borró de un plumazo 1,3 billones de dólares, situó al índice más de un 20% por debajo de su reciente máximo histórico de enero, lo que significa que ha caído oficialmente en un mercado bajista.
El NASDAQ 100, por su parte, sube un 0,68% hasta los 10.883 puntos. El sector tecnológico ha sido el más castigado de las últimas sesiones, llevando al índice solo ayer a caídas de un 4,7%.
Wall Street ha entrado en un mercado bajista ante los miedos de los inversores a los datos de inflación, que no aflojan desde los máximos de cuatro décadas en los que se encuentran. Esta espiral de precios alimenta las especulaciones de que la Reserva Federal deberá dar un nuevo giro de tuerca a su política monetaria.
“Hay muy poco en los detalles del informe [del IPC] que sugiera que las presiones inflacionistas están cediendo”, reflexiona Michael Pearce, economista senior de EEUU de Capital Economics. “El aumento de los precios de la energía este mes significa que la inflación general se mantendrá cerca del 8,6% en junio. Junto con la continua fortaleza de los últimos datos de actividad, eso refuerza el argumento de los halcones de la Fed para continuar la serie de subidas de tipos de 50 puntos básicos hasta septiembre y más allá, o incluso para aumentar el tamaño de las subidas de tipos en las próximas reuniones”.
El mercado había dado por descontada una subida de los tipos de interés de 50 puntos básicos en la reunión de junio, pero sobre todo esperaba una pausa en las subidas de tipos en septiembre para dar más oxígeno a la economía. Ahora, sin embargo, han aumentado las especulaciones de que las subidas pueden ser de 75 puntos y no frenarse al final del verano.
Hoy mismo las presiones inflacionistas se han reflejado claramente en los datos de precios al por mayor. En concreto, el índice de precios al productor (PPI por sus siglas en inglés), que mide los precios pagados a los productores de bienes y servicios, subió un 0,8% en el mes y un 10,8% en el último año, duplicando el ritmo del 0,4% de abril.
Excluyendo los alimentos, la energía y el comercio, el llamado PPI subyacente subió un 0,5% en el mes, ligeramente por debajo de la estimación del 0,6%, pero un aumento respecto a la lectura del 0,4% del mes anterior. En términos interanuales, subió un 6,8%, igualando la subida de abril.
Jerome Powell y su equipo inician hoy la reunión de política monetaria, aunque las decisiones adoptadas no se comunicarán hasta mañana por la tarde.
Las especulaciones sobre la política monetaria se han reflejado en los mercados de deuda, con la rentabilidad del bono estadounidense de deuda a diez años escalando ayer hasta el 3,34%, su nivel más alto desde 2011. Hoy se relaja ligeramente, con la rentabilidad del bono de referencia bajando hasta el 3,276%. El bono de deuda a 30 años, por su parte, ofrece una rentabilidad de un 3,311%.
En los mercados de materias primas, los precios del petróleo vuelve a superar holgadamente los 120 dólares el barril, después de que las turbulencias en Libia hayan aumentado la preocupación por la oferta del oro negro, y a pesar de que la demanda podría enfriarse por la amenaza de nuevos confinamientos en China. El West Texas estadounidense se paga a 121,86 dólares, una subida de un 0,45%, mientras que los futuros del petróleo Brent de referencia en Europa suben un 0,56% hasta los 123,35 dólares.
Oracle se dispara más de un 10% tras sorprender con sus cuentas
Entre los protagonistas del día se encuentra Oracle, que se dispara un 11% en la apertura después de que la empresa de software de bases de datos haya presentado unos resultados del cuarto trimestre fiscal por encima de las expectativas del mercado. La compañía ganó 1,54 dólares por acción ajustados, frente a los 1,37 dólares que había anticipado en el mercado.
En el lado de los ingresos, Oracle también ha sorprendido positivamente, con una cifra de 11.840 millones que supera los 11.660 millones previstos. Aumentaron además un 5% respecto a un año antes impulsados por el crecimiento del negocio de infraestructura en la nube de la empresa, que compite con Amazon Web Services y Microsoft Azure.
Peor le va a Coinbase Glb Rg-A, que cae más de un 5,7% en la apertura. La compañía acometerá un recorte del 18% de la plantilla, según ha comunicado la plataforma de negociación de criptomonedas en un correo a sus trabajadores. Cuenta con unos 5.000 trabajadores a tiempo completo, lo que podría traducirse en el despido de unas 1.100 personas.
“Parece que estamos entrando en una recesión después de un boom económico de más de 10 años. Una recesión podría conducir a otro criptoinvierno, y podría durar un período prolongado”, ha señalado el consejero delegado de Coinbase, Brian Armstrong.
Los inversores deberán estar atentos también a la cotización de General Motors. Las acciones de la automovilística cerraron ayer por debajo de los 33 dólares, por primera vez desde octubre de 2020. Este precio es el que marcó su salida a Bolsa tras la bancarrota.
En medio de una amplia venta del mercado que también empujó a Ford Motor y Stellantis Br, la empresa matriz de Chrysler, a nuevos mínimos de 52 semanas, las acciones de GM cerraron a 32,28 dólares por acción. Sus títulos han bajado cerca de un 45% este año, mientras crecen los temores de una recesión y los inversores se preguntan si los días más rentables del fabricante de automóviles han quedado atrás.