Las acusaciones de espionaje y de pagos provinientes de narcotraficantes han ensombrecido la campaña presidencial colombiana, que ya se ha cobrado las dimisiones de consejeros de los dos principales candidatos, a causa de dos escándalos de corrupción.

La campaña del candidato a la reelección, el actual presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, se ha visto salpicada por las acusaciones de que su estratega político, Juan José Redón, habría aceptado 12 millones de dólares por actuar como intermediario de los señores de la droga. Redón, quien podía haber conseguido su rendición a cambio de que no se les extraditara a los EEUU, ha reconocido, tras presentar su dimisión, que fue contactado por los 'capos', pero niega haber aceptado el dinero.

Poco después, se conocía la noticia de que el fiscal general colombiano ha presentado cargos contra Andrés Sepúlveda, un miembro del equipo de redes sociales de Oscar Iván Zuluaga, el segundo candidato a la presidencia de la Casa de Nariño. Sepúlveda habría interceptado ilegamente las comunicaciones entre el gobierno y los negociadores de las Fuerzas Armadas Revolucionarias Colomabianas (FARC).

Zuluaga ha tratado de distanciarse de estas prácticas, pero su dura oposición a las negociaciones con las FARC es de sobra conocida en el país. Sin embargo, el jefe de campaña de este candidato ha presentado su dimisión tras conocerse que, junto a Sepúlveda, habrían ofrecido información confidencial sobre las FARC a un medio local, como si del presidente Santos se tratara.

Ambos presidenciables se han lanzado acusaciones cruzadas de usar los escándalos para obtener ventaja sobre su rival. Pero lo cierto es que, tal y como recoge el diario británico The Guardian, ninguno de los dos ha logrado levantar demasiado entusiasmo entre los votantes de cara a la vuelta electoral del 25 de mayo.

N. J.