En Wall Street se considera que, a las primeras de cambio, con el tensionamiento de los tipos de interés, los reguladores americanos se han comportado como un bombero y no como un médico. Es decir, más apagando el incendio doble desatado, con ese cierre del SVB Financial y el del Signature Bank, garantizando sus depósitos, que en modo prevención para un mercado que vuelve a vivir, en modo pánico, con los bancos cayendo en Europa a plomo durante el pasado lunes por segunda sesión consecutiva, y trasladando sus temores a un mercado americano, que en primera lectura respiraba aliviada.
Goldman Sachs, que todavía avistaba incrementos de 25 puntos básicos, cerraba el paso, ante el nuevo panorama, a la primera reunión desde hace un año sin subida de tipos por parte de la Fed, por todo lo acontecido. A pesar de ello, sí descuenta 25 puntos básicos de incremento para mayo, junio y julio.
Pero ya las cosas empiezan a verse de una manera diferente, tal y como mostraron los inversores en Wall Street y esta vez a cuenta de la inflación que ha tranquilizado y dado de paso la vuelta al mercado. De hecho, el IPC templaba los ánimos, cumpliendo con lo exigido por Wall Street, no porque el dato fuera francamente muy bueno.
De hecho, el IPC americano de febrero se elevaba cuatro décimas, tras las cinco en las que subía en enero, hasta el 6%, siguiendo la estela que esperaba el mercado, a cuenta del retroceso en los precios de la energía, mientras el coste de la vivienda se elevaba de forma considerable. Eso sí, la inflación americana marca su crecimiento interanual más lento desde septiembre de 2021, tal y como destacaba el presidente de Estados Unidos Joe Biden.
Todo ello para un mercado que descuenta, lejos de lo que indica el banco de inversión, de forma generalizada, que la Fed podría subir en 25 puntos básicos los tipos la semana que viene. Aunque se alejan los temores de un incremento que doble esa cota, en el peor de los casos, tras una envalentonada comparecencia de Powell en el Congreso la pasada semana.
Así, se han recuperado las rentabilidades de los Treasurys, los bonos americanos a distintos plazos, desde el dos años al 30 años, tras bajar en tropel tras la volatilidad de los últimos días, y tras rozar, la pasada semana en el caso del 10 años el 4%. Recordar, que la tasa subyacente se coloca en el 5,5% tras subir medio punto porcentual en febrero, la subida de precios más estructural. Y mientras los precios de los alimentos se incrementaron 4 décimas, como el índice general, y se mantienen en un preocupante 9,5%, pero todavía, por ejemplo, muy por debajo del encarecimiento de España, que supera el 16% en esa partida.
En cuanto a la evolución del S&P 500, el indicador más representativo del mercado vuelve a iniciar su marcha ascendente hacia los 4.000 puntos, con los bancos regionales recuperándose con First Republic a la cabeza, en más de un 45% frente a las caídas de casi el 62% de la sesión anterior.
Uno de los factores es que, como ha indicado el analista de Raymond James, Daniel Tamayo, es que las retiradas de depósitos, el factor fundamental de la salida masiva que ha provocado la caída del Silicon Valley Bank, no parece haberse extendido a otros bancos. Un temor, dice, que parecía exagerado.
Y añadía que “esto no quiere decir que los bancos no hayan visto salidas en el primer trimestre, lo que esperamos en muchos/la mayoría de los bancos que cubrimos dada la continua disminución de la oferta monetaria; sin embargo, las salidas no se aceleraron durante los últimos días y, de hecho, algunos bancos han visto entradas netas dado el movimiento de depósitos de SVB Financial y Signature Bank”. Además, parece que el departamento de Justicia de EEUU va a abrir un procedimiento judicial para investigar el colapso de del Silicon Valley Bank.
Mientras, en el seno del S&P 500 vemos que su cotización recorta ya “sólo” un 1,8% semanal que se convierte en pérdidas mensuales del 5,4%, En el trimestre, ya en negativo rubrica los pobres números del indicador con caídas del 2,5% y, en lo que llevamos de año recupera algo por encima del 2%.
Además, los indicadores de Fuerza Premium que elabora Estrategias de Inversión pasan de fuerte a débil al S&P 500, con un medio plazo además muy débil y neutral el largo plazo. En la operativa, mantenimiento al margen ante el riesgo de un mayor deterioro técnico para el indicador.