NVIDIA sigue siendo, como su nombre en español indica, el centro de todas las miradas. También este verano en el que hemos visto, a finales de agosto unos máximos históricos, sobre los que, de momento, el valor no ha conseguido volver. Toma de beneficios natural y algún que otro problema que parece que le complicará la existencia a la empresa de semiconductores.
Si eran pocos los problemas en el Reino Unido con la compra de Arm por 54.000 millones de dólares, parece que ahora quien entra en juego también es la Unión Europeo. Ya hemos hablado de las trabas británicas por la compra, por problemas de Seguridad Nacional que vienen de su antiguo dueño, Softbank. Y sobre todo por las condiciones expresas del gobierno de Boris Johnson, mientras día tras día, hay un artículo de opinión en la prensa británica que critica el acuerdo de compra de la norteamericana.
A esto se une ahora, en esta compra que quiere formalizarse como fecha límite en marzo de 2022, por la complejidad de la operación y las trabas que presenta, lo que parece una oposición expresa comunitaria a la operación. Parece que los funcionarios de la Unión consideran que las concesiones realizas por Nvidia no serán suficientes para mitigar el potencial daño a los rivales de la compañía.
Una de las razones que está impidiendo que Nvidia ataque de nuevo sus máximos históricos. En su gráfica de cotización vemos como el valor apenas se mueve en las últimas cinco sesiones, con avances significativos, del 16,8% en el último mes, un trimestre de ganancias del 24,9% mientras que desde que comenzara el ejercicio bursátil Nvidia gana en Wall Street un envidiable 70,37%.
Una presencia soberbia en el mercado, que ha propiciado que el valor duplique su precio en el Nasdaq desde el pasado 8 de marzo en el que marcaba 115,66 dólares por acción frente a los 230,43 de máximo histórico reflejado el pasado 30 de agosto.
Otra de las razones de no retomar un récord en su precio, tras superar el valor de medio billón de dólares de la compañía en el mercado pasa por los supuestos rumores de competencia con Intel, en un desafío de primer orden sobre las tarjetas gráficas de Nvidia, entre las más deseadas del mercado.
Parece que existe la posibilidad de que Intel tenga planes para lanzar una nueva GPU que se vería al mismo nivel de uno de los procesadores gráficos, el RTX 3070 de Nvidia, eso sí, a un precio más barato de hasta 200 dólares en su nivel más bajo.
Desde Tipranks vemos que el consejo medio es de compra para 25 de los 27 analistas que siguen el valor en el Nasdaq, frente a uno que opta por mantener el valor y otro por vender. Su precio objetivo, es de 235,13 dólares la acción por lo que se ve limitado su recorrido. Su potencial en concreto alcanza el 5,71%.
La última recomendación, la de Jefferies alienta su potencial en el mercado. Reiteran desde la firma neoyorkina su recomendación de compra sobre el valor con un precio objetivo que sube desde los 233 dólares por acción a los 260, lo que le otorga un potencial que alcanza un 16,5%.
Mientras, desde Bank of America Merrill Lynch, el analista Vivek Arya reitera su calificación de compra para el valor con el mismo precio objetivo anterior, 260 dólares, porque se beneficiará de los ingresos de sus nuevos productos y de un fuerte nuevo ciclo en el ámbito de los juegos.