El antaño pequeño laboratorio de Cambridge, en la costa este de los Estados Unidos ya ha alcanzado la mayoría de edad. Y solo ha necesitado dos cosas: una pandemia global que asola el mundo y su antídoto, creado en poco más de un año con resultados francamente buenos.
En realidad, es que el hecho de que Moderna manejara la tecnología más avanzada del mercado, junto con otros laboratorios como el tándem BioNTec-Pzifer para contrarrestar los efectos de crisis pandémica le está haciendo literalmente de oro. Pero no solo al laboratorio. También a los inversores que han apostado por él en Wall Street.
Hace menos de un año, el valor marcaba, el pasado 8 de septiembre su valor más bajo en el mercado del último ejercicio interanual, a cuenta de los rumores sobre el retraso de la implementación de las vacunas, mientras Modera se encontraba en la fase III de su ensayo clínico, pero seguía siendo una incógnita junto a las 166 vacunas en las que se trabajaba en el verano de 2020 para luchar contra la Covid-19. Entonces su precio alcanzaba los 54,21 dólares la acción.
Y desde ahí, hasta los máximos del año, en los 497,49 dólares el título el pasado día 10 de agosto, le separa un incremento del 816%, tal y como lo están leyendo. Su evolución en lo que llevamos de año, también es prodigiosa. Con avances del 3,5% en la semana, del 39% en el mes, de nada menos que del 150% en el trimestre, del 135% semestrales y en lo que va de año, el valor recupera un 281% y en interanual roza ya el 500% desde el pasado mes de agosto de 2020. Con una capitalización de mercado que ya supera los 162.000 millones de dólares.
Tras ganar cerca de 6.000 millones de dólares con la venta de sus vacunas en su último informe de resultados y tras batir sus expectativas, lo cierto es que los expertos acompañan al valor. Con un negocio que seguirá creciendo a medio plazo. Su ganancia por acción alcanzó los 6,46 dólares frente a las estimaciones de consenso que lo dejaban en 5,96 dólares la acción.
El virus no solo no se ha ido, sino que además del combate contra la enfermedad en el mundo menos desarrollado, donde la implementación de vacunas es muy baja, se encuentra con las nuevas variantes de la enfermedad. Esas constantes mutaciones de un virus que se resiste a morir, como en el caso de la Delta, la predominante en medio mundo, exigirán nuevas dosis.
De hecho, a principios de mes, ya desde el laboratorio se hablaba de la necesidad de una tercera dosis antes de que terminara el año mientras que ponen sobre la mesa la efectividad del 93% de su vacuna para la variante Delta. Eso de lo que conocemos, pero incluso puede ir más allá: con cambios en la inmunización ante las variaciones nuevas que se produzcan.
De momento, Moderna ya ha elevado el precio de sus vacunas para la Unión Europea. Ya es la más cara: de los 19 euros a los 21 para las dos dosis. Moderna ha vendido a los países comunitarios 160 millones de dosis y ha realizado otro contrato adicional de 300 millones adicionales con entrega prevista hasta 2022. De ellas han llegado a España del orden de 6,1 millones.
Pero no todo el mundo en el mercado defiende esta subida exponencial de los títulos de la compañía. De hecho, desde Bank of America consideran ridículo y poco racional su precio en el mercado. Tras los máximos, que como decíamos se marcaron el pasado día 10 a cuenta de la autorización provisional de la vacuna en Australia, Geoff Meacham, analista del banco americano de inversión consideraba que desde el punto de vista fundamental era injustificable su precio, que debería estar un 75% por debajo de sus niveles actuales.
Su calificación infraponderar con PO de 115 dólares, desde los niveles de 398 dólares desde los que cotiza. Aunque reconoce que los avances a medio plazo pueden continuar para la vacuna, así como la tecnología ARN mensajero en futuras implementaciones al margen de la vacuna.