La recaudación de impuestos desde el inicio del año fiscal en octubre está alcanzando una cifra récord, un 43% más que en el mismo periodo de 2019, último año antes de la pandemia, según muestran los datos del Departamento del Tesoro estadounidense.
El aumento de los salarios y de los beneficios empresariales está detrás de gran parte del incremento, testimonio de la potente recuperación económica ahora en duda. Pero otro factor clave muy a tener en cuenta fueron las ganancias de capital obtenidas por los estadounidenses que se dedicaron al comercio de valores durante la pandemia. Los impuestos individuales procedentes de los ingresos por la compraventa de acciones y otros activos casi triplican los niveles de 2019.
Los contables ya habían informado de un aumento significativo entre sus clientes de personas que utilizan servicios como Robinhood Mkts Rg-A. Los observadores de cerca de los datos de Hacienda captaron tendencias similares.
“Una gran parte ha venido de las ganancias de capital a corto plazo”, explica Lou Crandall, economista jefe de Wrightson ICAP LLC, a Bloomberg. “Las acciones meme fueron muy, muy buenas para el IRS [el fisco estadounidense]”.
No obstante, “hay incertidumbre en torno a si la elevada recaudación de impuestos de este año es algo puntual o un cambio más estructural”, apuntan en un reciente informe los estrategas de tipos de interés de Goldman Sachs. “Hay razones para sospechar que es lo primero: la mayor sorpresa ha venido de los ingresos no retenidos, y una fuerte contribución de los impuestos sobre las ganancias de capital (en lugar de los ingresos fiscales retenidos más fiables) parece ser el motor más probable”.
Los confinamientos por la pandemia, sumados a los cheques que el Gobierno federal envió a los estadounidenses, propiciaron el uso de plataformas como Robinhood a través de las cuales un usuario sin demasiada experiencia puede invertir en Bolsa. El boom de la inversión de los minoristas fue tal que incluso llegaron a doblar el brazo a varios hedge funds bajistas en acciones meme como GameStop-A, provocando una fuerte sacudida en los mercados.
No obstante, la tendencia parece haberse revertido en parte este año una vez finalizadas las restricciones. Las acciones de Robinhood, que llegaron a dispararse hasta máximos por encima de los 55 dólares poco después de su debut en Wall Street el pasado verano, cotizan actualmente en el entorno de los 10 dólares, con una caída en lo que va de año de un 45%.
El pinchazo de la tasa Tobin en España
La histórica recaudación por acciones en EEUU contrasta con el pinchazo en España de la tasa Tobin, que apenas ha recaudado un tercio de lo previsto. Con datos a noviembre, últimos disponibles, España ha recaudado unos 288 millones con este impuesto, que grava con el 0,2% la compra de compañías con sede en España que superen una capitalización de 1.000 millones de euros. El total del año se espera de este modo en el entorno de los 300 millones, frente a los 850 millones que había augurado el Gobierno de Pedro Sánchez.
A pesar de que la recaudación está muy lejos de lo previsto, España no es el único país que se ha planteado este gravamen en los últimos tiempos. De hecho, de acuerdo con algunas informaciones, la propia Unión Europea habría traído sobre la mesa el debate sobre la instauración de la tasa Tobin, aunque sería un poco menos estricta que la actual en España, gravando solo el 0,1% en el caso de las acciones y un 0,01% en los derivados.
La tasa Tobin es solo uno de los medios por los que se gravan las operaciones bursátiles. La más habitual es a través del IRPF como rentas de capital por las plusvalías en la venta de acciones. En ese sentido, la campaña de este año trae algunas novedades en España, ya que en las rentas superiores a 200.000 euros se paga un 26%, lo que supone tres puntos más que antes; un 23% de 50.000 a 200.000 euros; un 21% de 6.000 a 50.000 euros; y un 19% para rentas inferiores a 6.000 euros.