El adolescente de raza negra, Michael Brown, que fue asesinado por un policía cuando iba desarmado recibió seis disparos y dos de ellos impactaron en la cabeza.
Según datos preliminares de la autopsia, su muerte, que ha desatado protestas en Estados Unidos, se produjo a consecuencia de dos tiros en la cabeza.

Una de las balas entró en la parte superior del cráneo de Brown, lo que sugiere su cabeza estaba inclinada hacia adelante cuando fue golpeado y fue la que causó la herida mortal, según informa el Dr. Michael M. Baden, el jefe médico forense de la ciudad de Nueva York.
Baden acudió a Missouri para realizar la autopsia a petición de la familia y ha sugerido que fue la última de las balas la que terminó con la vida de Michael Brown.
Este incidente ha desatado las protestas en Estados Unidos y ha provocado el regreso anticipado de Barack Obama de su descanso vacacional. El presidente del país norteamericano ha intentado aplacar las revueltas raciales ordenando una segunda autopsia.
No obstante, poco antes de que tuviera lugar la segunda noche con toque de queda obligatorio se produjo una nueva oleada de violencia en Ferguson, Missouri.
Sobre las 21:00 horas, las protestas volvieron a lo largo de West Florissant Avenue, una de las principales calles de la ciudad, a apenas dos manzanas de donde fue asesinado Michael Brown.
Según New York Times, cientos de agentes de la policía antidisturbio dispararon balas de goma y gases lacrimógenos para intentar dispersar a los manifestantes. Algo a lo que respondieron los manifestantes, lanzando los botes de gas lacrimógeno a los policías.