Es la coyuntura y ningún valor escapa a ella. Es lo que más se comenta estos días en Wall Street y sobre todo cuándo se detendrá la marcha alcista de la inflación que puede llevar a la economía general y a los valores, con las Big Tech a la cabeza con Alphabet-A en particular, a una recesión de trágicas consecuencias.
Es miedo auténtico a un retroceso en el crecimiento con precios disparados que la FED pretende controlar con la agresiva política monetaria, pero las consecuencias inmediatas son el retroceso de los inversores ante valor que se ha reforzado en la última semana en el caso de Google, uno de los grandes valores más penalizados.
Así, en su gráfica de cotización vemos como Google retrocede un 8,6% en la última semana, con caídas en el mes que alcanzan el 4,6%. En lo que se refiere al trimestre, las perdidas rozan ya el 20% y casi el 26% de descenso es lo que marca su andadura en lo que llevamos de 2022.
Entre las noticias, destacan sus problemas judiciales. Acaba de llegar a un acuerdo por valor de 118 millones de dólares para solventar una demanda con personal femenino por discriminación de género, que cubre a unas 15.500 empleadas que han trabajado para la compañía en california desde septiembre de 2013.
Además, habrá un interlocutor independiente que, a partir de ahora analizará las prácticas de contratación de la compañía, así como de compensación como parte del acuerdo. Un litio que ha durado 5 años y por el que Google no ha admitido ningún tipo de irregularidades en la brecha salarial existente.
Mientras, mirando al Reino Unido lo cierto es que el valor sigue teniendo su entente con la CMA, la Autoridad de Mercados y Competencia del país que acaba de publicar sus resultados sobre la investigación realizada en lo que llama el ecosistema móvil. Considera que el modelo comercial de Google, junto al de Apple, limita activamente la competencia en sus respectivos mercados en detrimento de sus clientes, y ha anunciado que tomará medidas contra Google.
También acaba de celebrar su junta de Accionistas y, en ella, sus inversores han rechazado hasta 17 propuestas, pero han aprobado el desdoblamiento de sus acciones su split de 1 a 20.
Y la última polémica viene de la mano de un ingeniero de la firma, que se encuentra entre lo más comentado en las redes sociales. Ha sido suspendido de sus labores tras indicar que un chatbot, un robot denominado LaMDA, el modelo de lenguaje para aplicaciones de diálogo, creado por la firma tiene vida propia y es sensible. El ingeniero, de nombre Blake Lemoine ha puesto de nuevo en primer plano el debate sobre la capacidad de la inteligencia artificial en injerir sobre la vida real. En realidad, parece que la suspensión viene sobre todo de la mano de saltarse el acuerdo de confidencialidad firmado por Google, con el secretismo habitual por el riesgo de robo de propiedad intelectual.
En cuanto a recomendaciones sobre el valor, los analistas siguen confiando en Google. De facto, el valor al que siguen 49 expertos del mercado recogidos por MarketWatch presentan en su mayoría consejo de compra sobre el valor, 40 de ellos en concreto, con 8 que optan por sobreponderar y uno más por mantener, con consejo medio de compra como desde hace tres meses, sin cambiar su valoración. Su precio objetivo medio, 3.247 dólares por acción.
Mientras el gran apoyo viene de la mano e Goldman Sachs al valor. Su analista Eric Sheridan ha analizado a las acciones de Internet y considera que Google es una compra con precio objetivo de 3.000 dólares por acción.
Considera que, aunque tiene sus dudas sobre la situación macroeconómica y el efecto sobre sus acciones, lo cierto es que ve a Google como más defensiva dentro de su cobertura de anuncios digitales, porque se encuentra relativamente aislado de los cambios realizados en la transparencia de seguimiento, la denominada ATT de la aplicación de Apple.
Por cierto, quiero añadir que Alphabet acaba de ofrecer que se permita que los intermediarios publicitarios rivales coloquen anuncios en You Tube para abordar una parte crucial de una investigación antimonopolio de la Unión Europea, que podría allanar el camino para resolver el caso sin una multa.
La Comisión está investigando desde el pasado año si Google está obteniendo una ventaja injusta en materia de publicidad digital al restringir el acceso de sus rivales y anunciantes a los datos de los usuarios. Veremos como finalmente se resuelve tras el pasado adelante más permisivo de Alphabet.