Disney ha vuelto a hacerlo en el último trimestre del pasado ejercicio, su primero en términos fiscales. Una compañía sobre la que ha pasado la pandemia como una apisonadora, en especial en sus parques temáticos, sus cruceros e incluso sobre sus películas. Sólo la supervivencia con cambio de 360 grados en su gestión y el aumento de sus números en su plataforma de streaming, ideal en tiempos de Covid-19, han dado sus frutos. Pero han sido de tal calibre, que a ojos del mercado y de los inversores han paliado cualquier flujo negativo de caja que la compañía haya presentado.
De esa forma los resultados de la resurgida Disney presenta cifras que superan en cuatro millones la expectativa de sus abonados hasta los 94,9 millones. Un hito sin duda, que deja atrás los apenas 17 millones que ganó en el trimestre la corporación, la caída de ingresos en un 22% hasta los 16.250 millones o que sus beneficios operativos se redujeran de los 2.626 millones a solo 46. Nada menos que un 98,2%
En su gráfica de cotización comprobamos como Disney pierde un 2% en la última semana, gana en el mes un 8,6%. En el trimestre el avance alcanza el 28,7% y semestral, con ganancias del 42,6%. Sin embargo las subidas apenas superan el 2,8% desde que comenzara el año.
Pero las ventas, del 1,70% que marcaba al valor el pasado viernes tras los resultados de la noche del jueves hacían pensar a los analistas que puede haber, ya de facto, una brecha entre Disney y los inversores. Que puede haber terminado ese idilio de cuento de hadas que mantenía con la bolsa.
Desde Bernstein consideran que la subida del 33% registrada desde el pasado año en las acciones de Disney pueden recoger ya de sobra los frutos del streaming, que vuelven a leerse una y otra vez en sus títulos. Afirman que aún pensando en que puede enfrentarse de tú a tú con Netflix existen riesgos significativos en la compañía por los que los accionistas deben ser compensados. De ello la firma ha elevado su precio objetivo sobre el valor pero hasta los 124 dólares, muy por debajo de su cotización actual.
También desde MoffettNathanson consideran que se es demasiado optimista en el mercado en la visión que se tiene en Wall Street sobre el negocio de Disney+, con esos rangos de máximos históricos a pesar de los desafíos que presentan sus otras aéreas comerciales muy castigadas por la crisis económica y las medidas antipandemia, sin olvidar los problemas heredados de sus redes de televisión. E incluso en la misma plataforma: no es lo mismo el alto potencial que presenta la India que sus suscriptores en EEUU en términos de ingresos, mucho más bajos que los americanos.
Desde el punto de vista de los indicadores técnicos de Estrategias de Inversión, Disney sigue presentando todos los mimbres para que los inversores sigan confiando en el valor, en modo alcista, con mejora de dos puntos y con un sobresaliente bajo como nota final: 9 puntos totales de los 10 posibles. Con todo en positivo, tendencia en sus dos vertientes alcista, momento total lento y rápido positivo y volumen de negocio, también en ambos casos, creciente. Solo la volatilidad es mejorable, a medio y largo plazo, porque se muestra creciente.
Pero hay quien sigue confiando plenamente en el valor. UBS sigue recomendando comprar el valor con un precio objetivo de 200 dólares. Y consideran que la mejora vendrá dada por el aumento de suscriptores en Europa y Latinoamérica con la llegada de Star a la plataforma y el aumento de precio. Y en el futuro el avance de las vacunas y la eficiencia en los costes impulsada por la pandemia colocan el segmento de los parques, ahora con un demanda deprimida, en buena línea para que se produzca un repunte en su año fiscal 2022 y ganancias récord en 2023.
Desde Morgan Stanley abogan por sobreponderar el valor, también con PO de 200 dólares. Firma en la que también ven una mejora en la unidad de negocios de parques temáticos en la parte final de este ejercicio.