Deuda perpetua ¿excepción o norma? Es la pregunta que se ha planteado Bolsamanía tras la emisión de este tipo realizada por BBVA (el pasado 30 de abril) y la que ha anunciado Banco Popular. Una cuestión que también hemos lanzado al resto de bancos, ante la necesidad que podrían tener algunas entidades de conseguir capital por todas las vías posibles. Una realidad que "no pilla por sorpresa" a nadie.

En el sector explican que estos bonos computarán como Additional Tier I bajo CRD-IV (BIS III); como Capital Principal para el Banco de España (BdE); y como Buffer Convertible Capital Securities según la Autoridad Bancaria Europea (EBA en sus siglas en inglés). Un auténtico “3x1” que incluye otras ventajas: estos insólitos bonos disponen de cupón no acumulativo, y conversión ante potenciales escenarios de solvencia, esto es, se convierten en acciones a precios de mercado. En concreto, se convierten en acciones si el ratio de core capital común de Tier 1 se sitúa por debajo del 5,125% o si el core Tier 1 es inferior al 6%.

Sin embargo, más allá de mejorar su posición de capital, detrás de estas operaciones con deuda perpetua hay algo más. Las fuentes bancarias consultadas señalan que se espera que la nueva directiva europea sobre bail-ins obligue a las entidades a emitir este tipo de instrumentos. Hay puntos en la normativa que implementará el mecanismo de resolución bancaria que no están del todo claros y el sector prevé que puedan ir por este camino, de ahí que se estén anticipando. Recordemos que la postura de Alemania respecto a futuros rescates bancarios es clara: primero deberán aportar recursos los acreedores de la entidad; después, podrían verse afectados los depositantes por encima de 100.000 euros; posteriormente el Estado correspondiente; y, sólo en última instancia, se recurrirá a fondos europeos.

Por otra parte, y no menos importante, la banca española explica estas emisiones en la mejora de las condiciones de financiación que experimenta el país y, por ende, sus empresas. El interés por la “piel de toro” es claro y se ha puesto de manifiesto en el apetito inversor por la propia deuda del Estado (la colocación a largo plazo de hoy se ha saldado con el máximo previsto a un coste inferior); las ventas de activos llevadas a cabo por la Sareb (o “banco malo”); y también otras empresas (tanto del sector financiero como de otros); así como las “alabanzas” de reputadas casas de análisis nacionales e internacionales (ya saben que hace dos semanas Morgan Stanley vitoreaba: ¡Viva España!).

BBVA: PRIMER EMISOR EUROPEO DE DEUDA PERPETUA

El pasado 30 de abril, y después de avanzarlo en la presentación de sus resultados trimestrales, BBVA se convertía en el primer emisor europeo de esta nueva generación de instrumentos Tier 1. La entidad vasca realizaba una emisión de 1.500 millones de dólares de esta deuda perpetua, pocas semanas después de la aprobación de la nueva normativa de capital en Europa. BBVA destacaba sobre estos bonos su capacidad para absorber pérdidas vía conversión en acciones ante eventos de solvencia.

El cupón de su emisión fue de un 9%, 50 puntos básicos por debajo de la referencia inicial “ante la fortaleza de la demanda”, explicó la entidad; y se colocó entre inversores cualificados extranjeros con un libro de órdenes que superó los 9.000 millones de dólares y con la participación de más de 400 inversores. “Hemos reforzado sustancialmente nuestra base de capital y hemos liderado el mercado”, valoraba entonces Manuel González Cid, director financiero de BBVA: “Una vez más, BBVA ha contado con un amplísimo respaldo de los inversores internacionales”.

Fitch le otorgó la calificación “BB-” a estos bonos perpetuos de BBVA, cinco escalones por debajo de la viabilidad del banco que está en “bbb+”.

POPULAR: SOBREDEMANDA QUE LE PERMITE REBAJAR EL CUPÓN PERO MIEDO A LA DILUCIÓN

Este martes, Banco Popular se sumaba a BBVA. La entidad confirmaba a Bolsamanía la emisión de 500 millones de euros en estos bonos. La diferencia con el banco vasco es que la emisión de Popular está referenciada en euros en lugar de en dólares. La entidad iniciaba el miércoles un roadshow para colocar estos instrumentos en el corto plazo, y daba mandato para desarrollar la operación a Bank of America Merrill Lynch, Barclays, Banco Santander y UBS. De colocar integralmente la emisión, su ratio de Tier 1 mejoraría en 0,57 puntos.

Popular, que hoy ha formalizado el anuncio de la emisión mediante un hecho relevante remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), habría recibido una demanda de 1.500 millones de euros, lo que le permitiría rebajar el cupón ofrecido al 11,50%, frente al 11,75% previsto anteriormente, según la agencia Reuters.

Los expertos de Bankinter consideran que después de la ampliación de capital por 2.500 millones de euros que realizó en diciembre en la banco y de esta emisión de CoCos, “la dilución acumulada para el accionista es elevada o muy elevada”. Explican así que su precio objetivo para la entidad sea de 2,00 euros, frente a los 3,9630 euros a los que cotiza.

SANTANDER, SABADELL, CAIXABANK Y BANKINTER NO SE SUMARÁN A ESTAS EMISIONES

Banco Santander ha explicado a Bolsamanía que la entidad no desvela su estrategia de emisiones, aunque sí reconocen desde la entidad que las condiciones del mercado son mejores. Por su parte, Banco Sabadell no se plantea una emisión de estas características. La entidad catalana ha ampliado capital recientemente, y con ella han logrado que su Tier 1 se eleve al 11,3%. Como en el caso de Santander, Sabadell considera que ahora mismo en el mercado “hay demanda, por lo que podríamos emitir”.

CaixaBank y Bankinter tampoco se han planteado esta opción. La última prefiere esperar a que se publique la directiva, “ver cómo queda definitivamente y, a partir de ahí, definir nuestra estrategia”. Además, Bankinter sostiene que se encuentran “cómodos” en sus actuales niveles de capital (10,9% de core capital según EBA, “uno de los más altos del sector y sin necesidades futuras por la ausencia de créditos fiscales en balance”). Asimismo, aseguran contar con liquidez suficiente (8.300 millones de euros) para afrontar “cómodamente” los vencimientos de los próximos años.

Sara Carbonell/María Gómez