Aunque los principales mercados asiáticos han cerrado con saldo mixto, el Nikkei se ha disparado tras la decisión de política monetaria del Banco de Japón (BoJ). El banco central nipón ha mantenido los tipos y su programa de compra de activos pero ha extendido, de forma inesperada, los préstamos especiales en un año (el programa habría vencido en marzo) para apoyar a la economía. En cuanto al crédito destinado a financiar a las empresas, el BoJ ha optado por doblar el tamaño hasta 7 billones de yenes. La otra parte de esta programa proporciona 5 billones de yenes para refinanciar los créditos de la banca, razón por la que los bancos, como Sumitomo Mitsui Financial o Mitsubishi UFJ Financial, se han disparado en bolsa. La bolsa de Tokio ha subido un 3,1%.
El Shanghai Composite, por su parte, no ha compartido la alegría japonesa. Los inversores han optado por recoger beneficios después de marcar máximos de dos años y medio y el índice termina la jornada con una caída del 0,8%. ¿La excusa? Como siempre, el banco central chino ha drenado liquidez.
En términos generales, los expertos de AMP Capital consideran que la tendencia en Asia es alcista. Japón es una situación aparte mientras el BoJ siga añadiendo estímulos, aunque la Fed haya comenzado a reducirlos. El drenaje de liquidez en China no debe preocupar a los inversores, porque el banco central sólo está quitando un exceso. Hay crédito suficiente en China para apoyar al crecimiento”.
Según datos de Bloomberg, el selectivo de la región, el MSCI Asia Pacific Index, cotiza a 12,8 veces los beneficios estimados de sus componentes, frente a 14,4 veces en el Stoxx 600 de Europa o 15,6 veces en el S&P 500, lo que implica que las acciones asiáticas son más baratas. Además, la agencia señala que, de las 359 empresas en el índice de la región que han publicado resultados desde enero, un 54% ha superado al consenso.
J.M.