Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal, ha pronunciado un discurso con sabor a despedida ante la American Economic Association. En una de sus últimas intervenciones públicas (abandona el cargo el 31 de enero), el dirigente ha repasado sus ochos años al frente del banco central más poderoso del mundo.

Primero ha centrado su discurso en la necesidad de “transparencia” por parte de la Fed a la hora de comunicar su política monetaria. “La crisis ha pasado, pero la transparencia seguirá siendo clave para la Fed”, ha añadido.

Respecto a los estímulos monetarios extraordinarios aplicados en los últimos años, ha justificado su existencia porque han sido una respuesta a “problemas extraordinarios. La recuperación ha enfrentado problemas poderosos, lo que sugiere que el crecimiento económico hubiera sido considerablemente más débil, o incluso negativo, sin un sustancial apoyo de la política monetaria”.

Ha reconocido también que “la recuperación está claramente incompleta”, y que, aunque se ha progresado mucho, “queda mucho trabajo por hacer”. No obstante, su conclusión es que los grandes problemas de los últimos años, como la crisis inmobiliaria, la situación financiera de los estados, el endurecimiento fiscal, la caída en la riqueza de las familias o las condiciones de crédito, están ahora mejorando y “apoyarán la recuperación en los próximos trimestres”.

C.P.O.