Si en la calle lo que suena de Amazon son las novedades de Amazon One, por el que pagará 10 euros a aquellos que quieran registrar en un escáner biométrico su mano o la fecha de estreno de la esperada versión en serie de “El Señor de los Anillos”, en el mercado resuena en el imaginario de inversores y analistas que sus resultados no han estado a la altura de lo esperado.
Las razones, no son ningún secreto: se vende menos que el espectacular año pasado de confinamiento en medio mundo en el segundo trimestre del año, por tanto, con estimaciones de ingresos por debajo de lo esperado, a pesar de que las ventas han superado los 113.100 millones de euros de abril a junio. Y es que han crecido a un nivel del 27%, mientras que el pasado año lo hacían a un ritmo del 42% interanual.
La segunda decepción llega de sus guías en el mercado. Tibias y débiles, a decir de los expertos. Y eso que hubo mejora en su beneficio por acción a 15,12 dólares frente a los 12,30 que esperaba el mercado. Es algo así como que en 2020 a pesar del retraso de los Juegos Olímpicos ellos consiguieron el oro y ahora perdieron la final para adjudicarse la plata en su disciplina. Y no todo queda aquí porque el director financiero de Amazon, Brian Olsavsky espera que el crecimiento todavía se ralentice más durante los próximos trimestres.
De hecho, espera ventas de entre 106.000 millones y 112.000 millones de dólares “solamente” en el tercero, un crecimiento que podría oscilar entre el 10 y el 16%, frente al pasado año. Mientras su beneficio operativo se colocará entre los 2.500 y los 6.000 millones, una horquilla muy amplia.
Pero si las ventas se colocaron por debajo, las ganancias no lo hicieron, como señalaba antes. Con esa ganancia por acción mejor de lo esperado por el mercado. Y aquí entra en juego la joya de la corona, el MVP como se diría en la NBA: la nube y su Amazon Web Service, que por algo es el que domina el mercado de computación en la nube, muy por encima de Microsoft y Google. Elevó sus ingresos un 37%, incluso por encima del trimestre anterior, superando previsiones, con 14.810 millones de dólares. Una de las razones por las que el nuevo jefe es Andy Jassy.
En su gráfica de cotización vemos como el valor apenas avanza un 3,36% en lo que va de año, con recortes en las 5 sesiones precedentes que superan el 7%, en el mes con caídas de un 4%, prácticamente sin movimientos trimestrales y avances nimios, del 1,62% en el semestre.
Pero los expertos del mercado no perdonan y han sentenciado a la baja sobre su precio en bolsa. Credit Suisse lo rebaja hasta los 4.700 dólares frente a los 4.850 anteriores por acción, ante la desaceleración prevista para sus números en el tercer trimestre, de ahí que la consideren una empresa menos prometedora.
JP Morgan rebaja hasta los 4.100 dólares, desde los 4.600 anteriores su precio objetivo, aunque ha mantenido su recomendación de sobreponderar el valor. Y es que estiman que todavía marca avances en su crecimiento de entre el 25 y el 30%, a pesar de que bajen las estimaciones de Wall Street.
Morgan Stanley a contracorriente, eleva su precio objetivo hasta los 4.500 desde los 4.300 anteriores, mientras sobrepondera el valor al entender que lo que es menos elevado ahora se convertirá en una ventaja futura, con más fijación en los ingresos minoristas y en AWS.
Y terminamos con Jefferies. La firma neoyorkina mantiene su recomendación de compra del valor y un PO de 4.200 euros por título mientras reducen sus ganancias para todo 2021 por acción: 51,44 desde los 56.24 anteriores y para 2022 a 70,25 por acción desde los 76,48 anteriores.