El presidente de Banco Sabadell, José Oliu, ha pronunciado esta mañana, en la Cámara de Comercio de Sabadell, la tradicional conferencia sobre las perspectivas del nuevo año, en cuyo transcurso, y como ya viene siendo habitual, ha repasado la evolución de la economía y el sector financiero en 2011 y ha reflexionado sobre las perspectivas que ofrece el año 2012.

Ante un numeroso público, compuesto mayoritariamente por empresarios, Oliu ha iniciado su intervención refiriéndose al actual entorno económico, así como a las medidas que se han venido adoptando para hacer frente a la crisis financiera. En este sentido, ha destacado los pasos que se han dado para mejorar la gobernanza económica y fiscal y los avances realizados en los mecanismos de rescate en el seno de la Unión Europea. Según ha dicho: “Nos encontramos ante un ‘Maastricht 2’, que, en esta ocasión, sí que habrá que cumplir de forma rigurosa.”

Entre otros aspectos, se ha referido a la gran importancia que para los mercados han tenido las últimas actuaciones del BCE que, según sus palabras, “ha sustituido al mercado en la financiación mayorista”.

2012 malo pero será punto de inflexión

Ha augurado un año complicado: “El 2012 será un año de ajuste, un año duro y difícil, seguramente el peor del ciclo de crisis, pero será un año de inflexión, de cambio. La prosperidad se recuperará en el 2013, porque se están adoptando las medidas adecuadas para ir revirtiendo la actual situación.”

Oliu ha detallado también las tres principales medidas que, a su juicio, es necesario adoptar para revertir el contagio de la crisis a los países sistémicos: mayores avances hacia la unión fiscal (lo que implicaría reformar los tratados de la Unión y legislaciones nacionales), que el BCE siga actuando, temporalmente, como prestamista y reforzar la solvencia de los soberanos.

España,  país de emigración

Centrándose en las perspectivas para la economía española, el presidente de Banco Sabadell ha augurado un año muy complicado en el que se seguirán corrigiendo los desequilibrios existentes. “España –ha dicho- debe volver a ser un país de emigración, porque solamente con la creación de nuevas empresas va a ser muy difícil reducir la tasa de paro actual.”

José Oliu ha manifestado que seguirá reduciéndose el endeudamiento del sector particular y que seguirá también el ajuste de los precios de los activos inmobiliarios, aunque en este sentido ha matizado que, en algunas zonas geográficas concretas, estos precios no solo han dejado de caer, sino que han empezado a experimentar subidas moderadas. Un año más, ha apuntado al sector exterior como una de las principales palancas de crecimiento de las empresas españolas.

En su intervención, el presidente de Banco Sabadell también se ha referido a la reciente adjudicación de Banco CAM. Según sus palabras: “Se trata de una operación de gran importancia tanto para Banco Sabadell, que ahora pasa de ser un banco sujeto de consolidación a un banco de referencia en el sector, como para la CAM, que deja atrás de forma definitiva la difícil etapa que acaba de atravesar.” “La operación -ha manifestado- también es de gran importancia para el conjunto del sector financiero español, que elimina las incertidumbres que se hubiesen producido si nadie se hubiese interesado en tomar el control de Banco CAM.”

Oliu ha destacado también que la operación no ha costado ni un solo euro a las arcas públicas (los fondos necesarios para llevar a cabo esta operación han sido aportados por el resto del sector bancario a través del Fondo de Garantía de Depósitos) y que será beneficiosa, porqué “tendrá un impacto muy positivo sobre el beneficio por acción, gracias a las sinergias y a la mejora sustancial del perfil de riesgo”. En este sentido, ha destacado el hecho de que los analistas financieros consideren que, con esta operación, Banco Sabadell se sitúa como “uno de los bancos que se hallará en una buena posición cuando acabe la crisis”.

En el habitual coloquio final, y respondiendo a la pregunta de un asistente a la conferencia en relación con la denominada tasa Tobin, José Oliu ha manifestado que “esta tasa tiene una clara finalidad recaudatoria en este momento y de aplicarse sería nefasta para el sector porque redundaría negativamente sobre el crédito disponible, la rentabilidad esperada por los accionistas y la competitividad de toda la industria financiera europea”.