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    Negociaciones de Futuros

    ¿Qué son negociaciones de futuros?

    Las bolsas de futuros admiten que la primera transacción de un inversor sea una venta. Es decir, no tiene porqué "jugar al alza" comprando primero para vender cuando el precio del contrato suba (si es que sube), sino que puede "jugar a la baja" vendiendo primero. En ambos casos la bolsa exige que se deposite en su cuenta una cantidad, denominada margen ("margin") o colateral, en garantía de que al vencimiento el operador cumplirá su compromiso, ya sea de entrega, si ha vendido, o de recepción si ha comprado.

    Estos márgenes deben pagarlos los miembros de las bolsas de futuros, que a su vez los cobran de sus clientes. Generalmente el margen es una pequeña parte, (entre el 5% y el 15%), del valor del contrato con lo que una pequeña oscilación en el precio del contrato puede tener una repercusión importante en el valor del colateral, y esa repercusión, tanto si es beneficio como perdida, se carga en la cuenta del inversor de forma diaria.

    Ese proceso se llama "Liquidación Diaria de Pérdidas y Ganancias" (en inglés "Mark to Market") y los miembros de las bolsas tienen que abonar márgenes adicionales, o pueden disponer de márgenes en exceso, de forma diaria, en función del movimiento de precios de los contratos correspondientes, repercutiendo estos cargos y abonos en las cuentas de sus clientes. Dada la volatilidad de muchos mercados, los miembros de las bolsas liquidan las posiciones de clientes que no reponen el colateral requerido a las 48 horas de notificado el requerimiento.

    ¿Qué son los futuros?

    Un futuro es un contrato a plazo negociado en un mercado organizado, por el que las partes acuerdan la compraventa de una cantidad concreta de un valor (activo subyacente) en una fecha futura predeterminada (fecha de liquidación), a un precio convenido de antemano (precio de futuro). Es decir, se trata de contratos a plazo cuyo objeto son instrumentos de naturaleza financiera (valores, índices, préstamos o depósitos...) o ‘commodities’ (es decir, mercancías como productos agrícolas, materias primas...).

    Por lo tanto, la diferencia entre un contrato forward como el mostrado en el ejemplo y un contrato de futuro, radica fundamentalmente en que en el contrato forward los contratantes fijan las condiciones del acuerdo según sus necesidades, mientras que en el contrato de futuro las condiciones que lo rigen están estandarizadas. A modo de ejemplo, la compra de un contrato a plazo podría asimilarse a encargar un traje a medida mientras que un futuro sería equivalente a comprar en un gran almacén con tallaje fijo y sin posibilidad de arreglo.

    Sus características principales

    Las características operativas que definen e identifican los futuros son:

    • Las condiciones de los contratos están estandarizadas por lo que se refiere a su importe nominal, objeto y fecha de vencimiento.
    • Se negocian en mercados organizados, por tanto, pueden ser comprados o vendidos en cualquier momento de la sesión de negociación sin necesidad de esperar a la fecha de vencimiento.
    • Tanto para comprar como para vender futuros, los intervinientes han de aportar garantías al mercado, es decir, un importe —determinado en función de las posiciones abiertas que mantengan— como señal del cumplimiento de su compromiso, de forma que evite el riesgo de contrapartida.

    Futuros como cobertura

    Para cubrir una cartera de renta variable con futuros se debe vender un número de contratos equivalente a nuestra posición. A través del siguiente ejemplo, es posible comprobar de forma simplificada cómo pueden utilizarse los futuros para cubrir una cartera.

    Supongamos que la señora Gómez tiene 100 acciones de la compañía XYZ que cotizan a 11,50 euros en el mercado y teme una caída en su precio. Una forma de cubrir este riesgo de precio consiste en vender un contrato de futuro sobreXYZ a un precio de 11,57 euros.

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