Facebook nace como una red social y, tras el boom del número de usuarios, crece enormemente y decide salir a bolsa. Ahí entramos al dilema de siempre sobre la financiación, que siempre tiene que estar acompañada de un plan de negocio y unos beneficios. Facebook tiene muchos usuarios y, si consigue convertirlos en clientes a los que puede venderles productos, facturará muchísimo dinero. No obstante, el precio al que cotiza, va más allá de los 64 dólares, con una capitalización de 366,49 billones de dólares. Esto equivaldría a sumar la capitalización de Santander, BBVA e Inditex. Lógicamente la correlación que tiene con los beneficios es muy reducida, pues sus beneficios están en torno a 1.000 millones y, sin embargo, la cotización descuenta beneficios de 10.000-12.000 millones de beneficios. Por ello,
el PER es de 82 veces y descuenta grandes compañías, algo que también sucede en otras compañías del índice Nasdaq.

Facebook ha ido marcando nuevos máximos desde su polémica salida a bolsa y ahora nos encontramos con una compañía que no está logrando mantener la línea de tendencia, está perdiendo aceleración y, ya que los índices podría estar agotando las subidas, entenderemos la zona de máximos como una zona ideal de stop e intentaríamos buscar una entrada en los precios actuales con stop en los máximos históricos. En cambio, si pierde el mínimo de los 55,03 dólares, estaríamos en una pauta de mínimo decreciente. Si pierde este mínimo, podríamos doblar el tamaño de la posición, venderíamos medio lote entre los 65 y los 58 dólares, y doblaríamos perdiendo los 54 dólares. Cortaríamos la posición corta en torno a 73-74 dólares.