A Wall Street no le preocupa la guerra arancelaria. Si la guerra fuese en serio, las acciones de los minoristas retrocederían con fuerza y eso no está sucediendo.
El S&P 500 superó los máximos de agosto apoyándose fundamentalmente en el sector financiero y en el de cuidados de salud.
Las compras del sector financiero se ven alentadas porque los inversores piensan que el incremento de la rentabilidad de los bonos beneficia a corto plazo a los bancos. Y probablemente tienen razón en el corto plazo.
Ahora bien, es preciso tener en cuenta que si la rentabilidad del bono a 30 años y de las notas a 10 años superasen la zona de resistencia que se encuentra respectivamente en el 3.24% y en 3,11%, muy probablemente las bolsas experimentarían un brusco descenso.
Por lo tanto, a la hora de valorar la posible continuidad del movimiento al alza del S&P 500 tendremos que tener muy en cuenta la probabilidad de que se superen ambos niveles de rentabilidad.
Dado el volumen histórico de posiciones cortas que mantienen los “hedged funds” vamos a considerar como escenario más probable que no sean superados. Además, es preciso tener en cuenta que probablemente el FED terminar por frenar su ritmo de subida de los tipos de interés.
Por lo tanto, debemos concluir que lo más probable es que el S&P 500 siga moviéndose al alza a corto plazo.
Es cierto que hoy puede experimentar un ligero retroceso, hoy expiran los contratos de futuros y opciones, pero mientras el S&P 500 se mantenga por encima de 2.910, la predisposición debería ser alcista.