Los inversores particulares vendieron  a finales de diciembre las participaciones que tenían en fondos de inversión mobiliaria en acciones. Y sólo cuando el S&P 500 ha sido capaz de superar el 3.000 han vuelto  a comprar. Por lo tanto, según la Teoría de la Opinión Contraria, vamos a considerar como escenario más probable que el S&P 500 haya formado un techo a corto plazo.

Creemos que lo más probable es que sea una parada a corto plazo dentro de una tendencia alcista, porque los inversores siguen mostrándose en general pesimistas acerca del comportamiento futuro de la bolsa.

Y el argumento alcista más importante es que resulta muy probable que el ritmo de compras procedente de los programas de recompra de acciones se mantenga,  a pesar de la ligera desaceleración en el ritmo de crecimiento de los beneficios en el segundo trimestre de 2019.

Es improbable que la economía global entre en recesión gracias al estímulo fiscal y monetario de China, al estimulo monetario de la Reserva Federal, y al hecho de que el UK y el resto de Europa deberán poner en marcha programas de estímulo fiscal por temor al Brexit.

Sin perjuicio de lo anterior, los inversores particulares siguen prefiriendo con gran diferencia invertir su dinero en la compra de bonos. Por lo tanto, es probable que la rentabilidad de los bonos estadounidenses hay formado un suelo.

Desde un punto de vista gráfico, el S&P 500 sigue dentro de un movimiento lateral. Mientras el S&P 500 se mantenga por encima de 2.960 mantendremos una predisposición alcista.

Por el momento, no ha habido sorpresas. Hasta el día de hoy, un poco más que el 15% de las empresas de S&P 500 han publicado los resultados del segundo trimestre. De esas compañías, el 79% ha publicado resultados mejores de lo esperado, según datos de FactSet.

Esta semana está previsto que un 25% de las empresas del S&P 500 publicarán sus resultados del segundo trimestre.

El “euro/dólar” se giró con claridad a la baja al llegar a la resistencia de los 1,2820, primera resistencia significativa. Por este motivo, vamos a considerar como escenario más probable que se encamine ahora a la zona de los 1,11-1,118.

El oro superó por un instante los máximos del pasado 25 de junio, 1.440 dólares por onza, pero resultó ser un escape en falso. Este hecho hace más probable un retroceso a la zona de los 1.380-1.350.

Ahora bien, seguimos pensando que se trata de una fase correctiva dentro de una tendencia alcista y por ello, lo más probable es que, tras su conclusión, despliegue una nueva onda al alza.

El DAX Xetra no pudo con el 12.340 y se volvió a la zona de soporte de los 12.200. La perforación de este nivel acentuaría las presiones bajistas.

El IBEX no pudo con el 9.300 y desplegó un tramo a la baja que lo llevó a la zona de soporte de 9.150. Al igual que con el DAX, la perforación de este soporte seria un signo de debilidad.