La semana pasada reflejaba mi temor bajo una idea de Trading que me surgió en el interior de la bolsa de Madrid; ¡comprar volatilidad! La presencia en el parqué siempre me altera y me llena de placer. No puedo negar que para un Trader pisar la bolsa y estar cerca de la barandilla, ¡es algo inexplicable! Tal vez la sensación que puede sentir un jugador de fútbol a la hora de salir al estadio, es algo mágico y quizás en la magia del mercado, a pesar de que internet ha terminado con el estruendo ruido de los Traders gritando y que hoy el edificio de la bolsa es más simbólico que útil, no puedo negar que el mero hecho de pisarlo, como muchísimas otras veces, llena mi cabeza de ideas. Las pantallas relucen como siempre y el ruido de las cotizaciones me recordó de qué manera cientos de inversores toman decisiones contrapuestas y cómo cada Trader defiende a capa y espada su firme decisión que no es otra que; ¡comprar o vender!
Esas sensaciones que traté de comprender en el mercado me hicieron pensar en las decisiones que estaban por llegar y de qué manera podrían afectar al mismo. Bernanke deja su mandato habiendo inyectado al sistema 2,4 trillones de USD, haciendo realidad la ironía que le llamó a ser conocido en Wall Street como “helicopter Ben”. El destino ha sido caprichoso y ha dejado el futuro del capitalismo en manos de Ben, un hombre más o menos criticado pero al que la historia lo va a recordar como un ser ambicioso, decidido y muy tenaz que indiscutiblemente, ha salvado el capitalismo de una gran depresión.
La marcha de Bernanke sin embargo ha dejado un gran desafío y las bolsas americanas se debaten entre corregir su enorme burbuja o bien seguir el proceso de crecimiento que han emprendido las economías mundiales. Mi mensaje nunca ha sido catastofista, simplemente he advertido, como Trader profesional que soy, que alimentar los mercados financieros de liquidez tiene riesgos y simplemente trato de comprenderlos. Está claro que la crisis ha sido muy grave y por este motivo, los principales agentes económicos; empresas, familias y estados, han decidido emprender un proceso de desendeudamiento y de reformas que han dejado el camino llano para un ciclo económico expansivo de muchos años de duración. Vivir esta era me hace comprender el ciclo Kondrátiev de mejor manera y está claro que al final, la economía se resuelve en función del tamaño de la deuda. Eso no implica necesariamente que la bolsa únicamente se mueva en una dirección, puesto que la volatilidad seguirá vigente de la misma manera que lo hizo en el último gran ciclo, el de la década de los ‘90, años en los que la bolsa logró enfrentarse a situaciones como el crash de 1.987, 1.997 ó 1.998.
Prueba de estas conclusiones está por ejemplo en los resultados que ayer presentó el BSCH. El banco presidido por Emilio Botín obtenido sólidos resultados empresariales, pero más allá de quedarme con los titulares, es decir, que ha ganado un 90% más que el año pasado, me quedo con la realidad y es que el banco al fin ha dejado las provisiones y a partir de ahora se centrará en hacer crecer los beneficios. ¿Qué implica todo ello? Básicamente que en los últimos años la dirección estratégica de la compañía se ha centrado en la solvencia y por lo tanto, la entidad ha evitado asumir riesgos crediticios, para evitar un temido colapso. La histeria que se apoderó del sistema financiero en 2.008 supuso una serio aviso para todos los bancos mundiales y hoy los bancos españoles han sabido hacer su trabajo de una manera muy eficiente bajo mi punto de vista. España es un país de banqueros e históricamente hemos sabido hacer muy bien el trabajo financiero. Sin embargo, la codicia generada por la burbuja inmobiliaria, puso en jaque a todo el sistema. Este suceso activó las alarmas en todo el capitalismo y las autoridades financieras incrementaron las normas de solvencia siendo muy exigentes con los bancos privados, para poder desarrollar su actividad. La vida es así, a veces vivimos al margen de los riesgos que la misma nos depara, cuando hacemos normal lo habitual y eso nos hace olvidar que la vida no es algo escrito y que las cosas pasan. Tras una mala experiencia, solemos asumir una precaución excesiva y esto precisamente es lo que ha sucedido en la banca española, pues no únicamente se cumplen los requisitos más exigentes de Basilea, sino que se han incrementado sobremanera, alimentados por un miedo absurdo, que como decía viene dado por una excesiva prudencia causada por un azote severo, que a día de hoy todos parecemos conocer muy bien.
Sucesos como los del Banco Santander son un ejemplo de lo que cabe esperar y hoy, los balances de las empresas están claramente saneados y ahora toca a las economías crecer, generar superávit y reducir su endeudamiento. Pero obviamente ello sucederá cuando familias, empresas y ahorradores logren recuperar el mercado laboral. Este camino podría haber comenzado y si bien es cierto que entiendo que la economía podría tardar otros cinco años en recuperarse del todo, también es cierto que la crisis habría podido llegado a su cénit.
Estas causas basadas en el desarrollo macroeconómico, me invitan a pensar en esta doble controversia a la que se enfrenta el mercado y que yo trato de aprovechar comprando volatilidad, y la volatilidad se genera por las dudas del mercado, la confrontación vestida de falta de decisión que a su vez se ve reflejada en las bolsas en forma de burbuja selectiva, más cercana a la del 2.000 que a la del 2.007, ¿las recuerdan? Prueba de ello lo hemos podido vivir esta semana con dos de las grandes marcas tecnológicas del momento; Apple y Facebook. Ambas compañías americanas han presentado resultados de manera muy dispar. Apple, bajo mi punto de vista, ha presentado resultados positivos superando la venta de terminales del año anterior y presentando un ambicioso plan de expansión en China que asegura su crecimiento para los próximos años. Las ganancias anuales de Apple estarían cerca de los 50 bl de USD y su caja neta alrededor de los 80 bl de USD, lo que le otorgaría la posibilidad de emprender un proceso de recompra de acciones propias que terminaría con el crecimiento de una acción que se paga en el mercado 9 veces sus ganancias. El resultado bursátil de estas cifras se tradujo en un castigo del -8% en el precio de sus acciones, por ser sus resultados “peor de lo esperados” pero mejores en definitiva.
Facebook sin embargo, ha presentado unos resultados superiores a lo esperado por el mercado, en los que ha declarado un beneficio total para el 2.013 de 1,5 bl USD, lo que implica que el mercado está pagando por las acciones de Facebook un total de 100 veces sus beneficios. Hablando de manera coloquial, podríamos decir que un inversor tardaría 9 años en recuperar su inversión en Apple y un siglo en Facebook. Soy conscientes que hay muchos matices, obvio, pero del mismo modo soy consciente que Facebook, Twitter y Linkedin cotizan en una burbuja que tarde o temprano el mercado se encargará de corregir, ¡como siempre!
Esta idea no es excluyente del hecho de pensar en buscar una estrategia de pares, comprar Apple y vender Facebook, pero más allá de eso, me invita a pensar que el mercado sigue en un proceso errático, en el que ha tratado cada acción de manera diferente premiando sobremanera temas de inversión como el “Obamacare” o el consumo discrecional e infraponderado algunas compañías que como Apple hoy, tienen todavía mucho valor. Y este suceso es lo que me hace ser totalmente precavida, pues al fin y al cabo, cuando el mercado entra en fase irracional, ¡absolutamente todo puede suceder! y como decía al comienzo de mi artículo; el mercado vive una gran controversia entre los inversores que tratan de basar el crecimiento de la bolsa en el crecimiento sostenible de la economía en los próximos años y los inversores que tratan de buscar la corrección ante ciertas irracionalidades, causadas por el exceso de liquidez.
Como decía John Lennon; “mi rol en la sociedad, o la de cualquier artista o poeta, es intentar expresar lo que sentimos todos. No decir a la gente cómo sentirse. No como un predicador, no como un líder, sino como un reflejo de todos nosotros” y el Trading en parte es una ciencia y a su vez un arte y como analista y economista, simplemente trato de aceptar que la gran controversia existente, tratará de reflejarse en los gráficos y más allá de alinearme en un sentido u otro, trataré principalmente de argumentar mis ideas, para ser capaz de ver valor en la burbuja y tomar decisiones alcistas en Apple y bajistas en Facebook, pero eso sucederá cuando deba suceder y la respuesta únicamente concierne al mercado.
Gisela Turazzini
CEO | BLACKBIRD