La inversión de la curva alemana se extendió a última hora del jueves, con la diferencia entre los rendimientos de la deuda pública a 2 y 10 años cayendo a -27 puntos básicos (pb) y rondando esa cifra el viernes antes de subir a -23 pb. La caída a -27 puntos básicos fue la mayor diferencia desde octubre de 1992, según los datos de Refinitiv recogidos por Reuters.
Una inversión no es habitual y muchos economistas la consideran precursora de una recesión. Cuando los rendimientos a largo plazo son más bajos que los de los bonos a corto plazo, esto sugiere que los inversores esperan que el banco central suba los tipos de interés a corto plazo antes de recortarlos más tarde para hacer frente a la desaceleración del crecimiento.
Christoph Rieger, jefe de investigación de tipos y crédito de Commerzbank, explica que es una señal de que los inversores esperan que el Banco Central Europeo (BCE) detenga sus subidas de tipos o incluso los recorte el próximo año. Sin embargo, “creo que seguirán subiendo los tipos más de lo que prevé el mercado y mucha gente”.
Rieger destaca que la curva alemana tiene menos poder predictivo que la de Estados Unidos, porque tiene en cuenta las diversas economías de la zona euro.
El rendimiento del bono alemán a diez años subió 8 puntos básicos el viernes, hasta el 1,924%, aunque sigue en camino de caer más de 9 puntos básicos en la semana. El rendimiento del bono a dos años, que es el más sensible a las expectativas de los tipos de interés del BCE, subió 5 puntos básicos hasta el 2,156%. En la semana, subió, en una señal de que los inversores esperan nuevas subidas de tipos por parte del BCE a corto plazo.
El PIB crece más de lo esperado
La inversión se produce a pesar de que hoy el mercado ha conocido que el producto interior bruto (PIB) de Alemania aceleró su ritmo de expansión en el tercer trimestre hasta el 0,4%, una décima más de lo estimado previamente y muy por encima del crecimiento del 0,1% registrado entre abril y junio, según ha informado la Oficina Federal de Estadística (Destatis).
“El PIB aumentó, como había sido el caso en los dos primeros trimestres (+0,8% y +0,1%, respectivamente), a pesar de las difíciles condiciones generales de la economía mundial, como la continuación de la pandemia de Covid-19, los cuellos de botella en las entregas, las continuas subidas de precios y la guerra en Ucrania”, destacó la oficina estadística.