Si desde marzo de 2015, cuando Repsol marcó máximos hubiéramos tenido éstas en cartera, perderíamos un 45%, mientras que si hubiéramos tenido compradas Repsol y vendidas ENI nos habríamos “ahorrado” más de un 12% de caída.
No cabe duda que para perfiles más conservadores, tras las fuertes caídas del sector petróleo, con Repsol a la cabeza, la idea de comprar Repsol y vender ENI resulta atractiva.
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