Pero Morgan Stanley ha decidido poner fin a este aparente remanso de paz. El banco estadounidense cree que han crecido las posibilidades de que nos enfrentemos a una recesión económica global en el próximo año. Estos expertos sitúan la probabilidad en el 30% desde el 20% anterior.
Es más, el banco ha recortado sus estimaciones de crecimiento para este año hasta el 3%. Entre otras cosas, los expertos explican que “la economía global no parece estar tan receptiva a una rebaja de los precios del petróleo como en otras ocasiones anteriores”.
En su informe, apuntan que “aunque no creemos que se produzca una recesión este año, el menor impacto de un petróleo barato y el aumento de las políticas monetarias expansivas nos preocupan”.
Apuntan que la economía global está atrapada en un escenario de bajo crecimiento dominado por dinámicas de baja demanda, bajos niveles de inflación y de inversión y elevado desempleo. “Por no hablar de los bajos salarios y el poco crecimiento de la producción, lo que nos deja muy vulnerables ante posibles shocks”, explican.
Explican que las políticas monetarias expansivas tienen cada vez menos efectos en los mercados financieros, en la asignación de activos y en el sentimiento hacia la economía”.
Este empeoramiento de sus perspectivas lo han llevado a rebajar sus objetivos para la renta variable. Explican que Estados Unidos sigue siendo su apuesta favorita, ya que se trata de un mercado más defensivo y donde el crecimiento económico es más creíble.
Así, en el banco han rebajado el objetivo para el S&P 500 hasta 2.050 puntos, lo que implicaría apenas una subida de un 1,5% sobre el cierre del lunes.
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