Ha sido uno de los fichajes más polémicos del verano. Una “adquisición” en la que el Zaragoza C.F – declarado en concurso de acreedores tras declarar una deuda de más 110 millones de euros- no ha desembolsado ni un solo euro gracias “a la colaboración con fondos de inversión especializados en el mercado futbolístico cuyo papel permite salvaguardar la competitividad deportiva de clubs históricos que atraviesan dificultades económicas”, reconocía el club maño en un comunicado oficial.

El hecho: el fichaje del portero Roberto Jiménez - a través de un fondo de inversión al Benfica por 8.6 millones de euros y cedido al club maño por algo menos de 300.000 euros- despertó el recelo de la LFP (Liga de Fútbol Profesional) y varios clubes. Una transacción en la que el mercado futbolístico adquiere los derechos económicos de los jugadores mientras que los clubes se hacen con los derechos federativos correspondientes para poder inscribir a dichos jugadores en los respectivos equipos destinatarios, comprometiendo los fondos, incluso una parte de las futuras plusvalías que pudieran existir como resultado de su inversión, a favor de los equipos en los que se integran los futbolistas.

En el fondo de inversión, participado por el presidente de la entidad, cada aportación está basada “en el coste de cada jugador concreto y la forma de pago acordada con el vendedor”. Si el jugador se revaloriza y se vendiera, se comparte la plusvalía con el Zaragoza. Y si no se produce, sólo pierde el fondo. “No busco rentabilidades ni se prometen”, admitía recientemente el Presidente del Club, Agapito Iglesias en una entrevista a El Pais. Los interrogantes sobre la sociedad, participantes y funcionamiento llevó incluso a la bolsa lusa a suspender la cotización del Benfica en la bolsa hasta tener más detalles sobre la transacción. Detalles que por el momento siguen sin conocerse.

Un vehículo utilizado con anterioridad

Lo cierto es que la operación no es algo novedoso en el mundo del fútbol. Lo hizo Lopera cuando el Betis acumulaba un agujero negro que terminó en Ley Concursal y, en otros términos, lo viene de hacer el Deportivo con la llegada de Bruno Gama. Así pues, el Zaragoza tiene por las cinco próximas temporadas los derechos federativos del  guardameta pero no así los económicos que están en manos del grupo inversor. O sí, en cierta medida, teniendo en cuenta que es el propio presidente del club maño el que forma parte de dicho grupo.

Fue hace un par de años cuando tuvo lugar el lanzamiento de varios fondos especiales de inversión con los derechos de algunos jugadores de fútbol. Benfica fue el último que siguió la estela al FC Porto, Sporting y Boavista que cedieron parte de sus derechos y cuya capitalización queda fijada en función de los costes de traspaso de los jugadores que lo componen en el momento de su puesta en marcha.