Las diferencias se reducen a medida que el tamaño del coche aumenta. Así, en el segmento ciudadano la diferencia media es del 28,5% (35,8% para el diésel y 22,11% en gasolina). Así, frente a un consumo medio oficial de 5,3 litros cada cien kilómetros, el consumo real es de 6,8 litros, lo que supone un sobrecoste de 400 euros al año.

En el caso de los compactos, la diferencia media es del 22,4%, mientras que en las berlinas el intervalo entre el consumo declarado y el real es del 16,1%. En el resto de segmentos, la diferencia es del 23,7% en monovolúmenes, del 16,3% en todoterrenos y del 14,88% en deportivos y coupés.

El estudio subraya que las marcas no incurren en ningún comportamiento ilegal por esta razón, ya que la directiva comunitaria regula la forma en que deben homologarse los consumos de los vehículos establece un procedimiento "en unas condiciones muy favorables".