Los hallazgos de este informe se basan en una encuesta de mercado realizada en ocho países europeos (entre ellos España), Estados Unidos y Japón, en entrevistas a ejecutivos en 54 bancos comerciales de primer orden en 17 países, y en un análisis en profundidad de la rentabilidad.

El informe destaca que los precios bajaron ligeramente en la mayoría de las regiones. Concretamente, un 1,4% en Norteamérica, un 2,3% en Asia-Pacífico y un 6,1% en la Zona Euro europea (debido a los drásticos descensos experimentados en Irlanda, del 33,3%, y en España, del 7,2%).

En los países europeos no pertenecientes a la Zona Euro, los precios se incrementaron en un 1,6% para los usuarios activos locales. En todas las regiones, los pagos siguieron representando la mayor proporción de la estructura de comisiones por servicios bancarios, a pesar de que el espectro pasó de un 66% en Norteamérica a un 47% en Asia-Pacífico.

LOS SERVICIOS POR INTERNET, MÁS BARATOS

No obstante, resalta que la mayoría de estos países aplican ahora estrategias de precios, donde los servicios que se prestan por Internet son menos caros que los servicios que se prestan en las oficinas.

El informe también detalla que el usuario activo de Internet pagó 31 euros menos que el usuario activo de oficina y que algunos países nórdicos han establecido precios "extremadamente atractivos" para los servicios 'online' para animar a los clientes a que recurran a Internet siempre que haya productos disponibles.

Asimismo, subraya que el Espacio Único de Pago en Euros (EUPE) llevará a una intensificación de la competencia, lo que, a su vez, tendrá como consecuencia una reducción de los precios.

El informe también pone de manifiesto que la consecuente reducción de los ingresos a corto plazo llevará a los bancos a tener presente que las actividades bancarias básicas constituyen la columna vertebral de su relación con los clientes.

En consecuencia, los bancos van a tener que crear valor para los consumidores ampliando el alcance de sus servicios a los productos no financieros. Asimismo, prevé que se vean obligados a reforzar el valor añadido que aportan a sus clientes personalizando su enfoque al consumidor y desarrollando sus capacidades deasesoramiento.