Si los inversores hubieran seguido los pasos del fondo de inversión GMO desde el año 2000 habrían tenido unos réditos espectaculares. De hecho, habrían doblado la cantidad invertida. Esto es lo que se saca en claro a través de un estudio realizado por la Universidad de Duke con el profesor Edward Towers y los estudiantes
David Barry y Edward Stansky.
Dicho fondo de inversión fue fundado por Jeremy Grantham, que sigue siendo el actual CEO. ¿Cuál es su particularidad con respecto a otros métodos? Grantham apostaba por sus valores favoritos de todos los tipos: large caps, small caps y acciones emergentes, realizando una predicción a medio plazo y a largo plazo.
Inicialmente, la compañía trató de predecir los posibles rendimientos para cada acción, ajustada por la inflación, para los 10 años siguientes, pero luego movió ese objetivo a siete años vista.
Esas previsiones las basaba en fundamentales de economía y se actualizaban mensualmente. Básicamente, GMO analiza valoraciones, y asume una especie de reversión a la media del largo plazo.
De esta manera, Towers observó las predicciones realizadas en el 2000 y los años siguientes comparándolos con la realidad y se dio cuenta de que dio bastante en el clavo. Y no solo eso, sino que también estuvo muy acertado con la estimación de cuándo el mercado lo haría bien o mal.
Grantham advirtió sobre los las crisis de 2000-03 y 2007-09. Y en los peores momentos de la crisis financiera en 2008-09 él también, desafió a los agoreros y se volvió agresivamente alcista. ¿Eso quiere decir que sus predicciones se cumplirán en los próximos años? Simplemente es observar y arriesgar. O no.
El récord de GMO ha mirado menos bueno en los últimos años. Desde la compañía han estado advirtiendo sobre las valoraciones del mercado, sobre todo en Estados Unidos, por lo menos durante dos años, aunque sigan subiendo.