El resultado de la cumbre del jueves supone así un cambio para Europa debido a algunas razones fundamentales:

§ El Banco Central Europeo continuará aceptando los bonos insolventes griegos
como garantía en sus operaciones de mercado. El gobierno griego hace tiempo que está en bancarrota, pero el temor fundamental del mercado de que la participación del sector privado en el impago provocase la quiebra efectiva del sistema financiero griego se ha resuelto.

§ El fondo de estabilidad podrá utilizarse para recapitalizar directamente a los bancos, lo que supone una gran noticia para España, porque su sistema bancario podría verse directamente respaldado , sin necesidad de que el gobierno tuviese que intervenir. Recuerden que la deuda soberana española con respecto al PIB es actualmente bastante baja, y mucho menor que la alemana, de manera que si España no tiene que recapitalizar sus bancos tiene, en realidad, un balance sólido.

§ El valor actual de los plazos de renovación para los inversores del sector privado parece mejor del que mostraban en el mercado los bonos afectados y que llevó a la celebración de la cumbre.

§ Hacer que los pagos de la deuda sean más asequibles, no sólo para Grecia sino también para Portugal e Irlanda, reduce sustancialmente la probabilidad de necesitar futuros rescates.

La lección de la debacle financiera de 2008 es que la actuación política inmediata, decisiva y radical puede darle un giro al ánimo y la confianza del mercado. Por fin, la política europea va un paso por delante.

Ahora es el turno de América. Los legisladores estadounidenses han de aprender del ejemplo europeo, dejar a un lado sus intereses políticos y encontrar rápidamente una solución al techo del endeudamiento.