China es el punto neurálgico ahora mismo en la mirada global del precio del crudo. Por supuesto también el resto de las economías globales y su potencial entrada en recesión, mirando especialmente a Europa, lo que supondría menor consumo energético, ante los graves problemas con Rusia y, por ende, una demanda a la baja.
Ahora mismo es el escenario que plantea la Agencia Internacional de la Energía, con la vista puesta en lo inmediato, algo que no es habitual en el mundo del petróleo, donde los futuros son los que pesan y marcan tendencia en los precios. Pero la situación de incertidumbre sobre cómo pueden evolucionar las economías es de tal calibre, que la mirada al cuarto trimestre del año ya parece incluso un periodo complicado para hacer previsiones.
Y es que China y sus bloqueos, junto con la desaceleración continua en la OCDE, dice la AIE, ralentiza el crecimiento de la demanda mundial del Futuros del petróleo que solo se compensa en el cambio de gas a petróleo a gran escala. Así espera que la demanda aumente este año en 2 millones de barriles diarios de forma global y, en 2023 hasta los 2,1 millones, niveles más bajos frente a los previsto en su informa anterior. Todo ello con más producción por parte de la OPEP+. Así la demanda que se espera, como indica Reuters en este gráfico.
De hecho, en el caso chino se ha producido el primer descenso en la demanda de crudo desde 1990. 32 años por tanto en los que no había parado de crecer que han quedado atrás. Aunque también es cierto que las previsiones mejoran de cara a 2023. Esperan que la demanda mejore y con fuerza en el país, en una mirada positiva con más actividad, incremento de la actividad industrial y aumento de los vuelos.
Incluso los bancos de inversión apuestan por la mejora de la tendencia en el año próximo aun con recesión técnica a la vista a uno y otro lado del Atlántico. Goldman Sachs, de hecho, reduce ligeramente las expectativas de la demanda de crudo de la Agencia dependiente de la OCDE hasta los dos millones de barriles en 2023.
De hecho, casi nadie indica que vaya a producirse una caída exponencial en el próximo ejercicio en la demanda de petróleo a pesar de las negras nubes que presagian recesión en buena parte de los países. Sin embargo, los niveles que manejan ahora mismo los futuros del Brent indican que los precios quedarían por debajo claramente de los 90 dólares el barril.
Con estas premisas, lo cierto es que el crudo del Mar del Norte mira a lo inmediato con caídas del 4,7% que se registran en la última semana. Pérdidas que alcanzan el 7% en el mes y un 21,3% en tasa trimestral. Todavía, eso sí, mantiene avances del 15,3 % en lo que va de año y del 21% interanual
En cuanto a perspectivas de precios, nos encontramos con Julius Baer que espera un crudo Brent con precio de 95 dólares al cierre del ejercicio, porque la oferta está superando a una demanda que, ahora mismo, se mueve claramente a la baja por la política Covid 0 de China.
Desde Estados Unidos, su agencia energética destaca un precio más elevado, de 98 dólares por barril para el petróleo de referencia en Europa en el cuarto trimestre del presente ejercicio y lo rebaja ligeramente, en su expectativa para 2023, hasta los 97 dólares por barril.
Considera la EIA en sus siglas en inglés, en estas prospecciones de septiembre, que la posibilidad de interrupciones en el suministro de petróleo y un crecimiento más lento en la producción frente a lo espera sigue creando el potencial para precios más altos, aunque también la posibilidad de que se produzca un menor crecimiento económico dibuja un potencial de precios más bajos.